Mensaje en la botella

Ola superada

Es el momento de planificar con inteligencia, pero sin olvidar que aún corremos riesgos

La Junta de Andalucía asegura que la quinta ola del covid ya está superada. Lo ha dicho el consejero de Presidencia del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, para quien esto "no significa que no vaya a haber sexta ola", añadiendo que la población debe tener "la guardia alta" para avanzar hacia lo que llama "normalidad responsable". Por si no quedaba claro, el titular de Salud, el cordobés Jesús Aguirre, remató la jugada el jueves al indicar que si para el martes que viene las áreas que vayan bajando la incidencia se sitúan en el denominado nivel cero, "se llegará al nivel de normalidad absoluta". Dicho queda.

Habrá quien piense que se trata de un mensaje demasiado optimista, y puede que no les falte razón. En cualquier caso, los números son tozudos e indican que la tasa de incidencia en la provincia sigue en un más que claro descenso, por debajo de los 50 casos por cada 100.000 habitantes en todos los distritos sanitarios. Si a ello se le suma el anuncio del consejero Aguirre de que en Andalucía "se llegará a la presencialidad y normalización absoluta en todos los centros de salud entre finales de mes y principio del que viene", pues hay razones de sobra para estar satisfechos.

Lo que ocurra a partir de ahora en cuanto a la flexibilización de las restricciones, o no, será responsabilidad del denominado comité de expertos, que es el que ha marcado la hoja de ruta en el último año. Y es ahí precisamente donde los técnicos de ese órgano consultivo tendrán que tener la cabeza fría y optar por la prudencia o aventurarse a relajar de manera casi total todas las limitaciones que nos han impuestos hasta ahora.

En los últimos meses, el lío sobre las medidas, los niveles, subniveles, aforos y demás ha sido un galimatías que muy pocos alcanzaban a comprender. Si ahora se va apostar por el regreso a la normalidad, habrá que hacerlo -porque el virus sigue ahí fuera- con la suficiente claridad para que todo el mundo tenga claro lo que debemos hacer o no.

En Córdoba, por ejemplo, tenemos a la vista un mes de octubre plagado de actividades que generarán mucha actividad en las calles y concentraciones de personas, como es el caso del Festival Flora o la apertura extraordinaria de los patios, sin olvidar la celebración de San Rafael, entre otras. Ya tenemos la experiencia de que cuando se ha abierto el famoso grifo -parafraseando a Juanma Moreno- nos hemos colado en una nueva ola de contagios, hospitalizaciones y, desgraciadamente, fallecimientos.

Ahora es el momento de planificar con inteligencia, con generosidad si es necesario, pero sin olvidar que aún corremos riesgos. La primera norma a seguir por todos es aplicar el sentido común, aunque ya sabemos que no es el más común de los sentidos. Nos creemos a pies juntillas que sí, que hemos superado la quinta ola, pero la vuelta a la normalidad absoluta hay que explicarla.

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