Máquinas y trazas

Lo que fortalece a Sánchez es la división tacticistade la oposición en vezde decirle no a una y ya

Por interés personal, lo que más me gusta de la moción de censura es la edad de Tamames. Voy teniendo años como para alegrarme de que se abran algunas grietas al juvenilismo imperante en nuestra sociedad. Nos interesa mucho que se cuente con el talento y el entusiasmo de las personas mayores. Más que nada porque, con nuestra pirámide poblacional, en el futuro casi no habrá otras.

Políticamente, en cambio, no entiendo demasiado la polémica en el campo de la derecha. Desde el PP afirman que es una moción innecesaria porque la van a perder y contraproducente porque Sánchez saldrá reforzado. Si lo dicen, será que ellos se lo creen, pero me asombra.

La van a perder, sí, como han ido perdiendo una tras otra todas las votaciones durante toda su labor de oposición en la legislatura; pero esta vez escenificando, si quisieran, la gran ruptura social que ha producido el gobierno de Pedro Sánchez, y volviendo a poner el foco en quiénes sostienen a Sánchez. La moción de censura, si Cs y el PP votasen a favor, pondría en primera plana un inmenso: "Que te vota Txapote".

Vox ha cedido completamente su programa político pidiendo que la presente un ex comunista de la vieja guardia, preso político del franquismo. No es un candidato de la caverna. Con esa propuesta viene a decir que, a estas alturas, lo más importante es decir que no a Sánchez.

Feijóo tendrá mejores spin doctors que yo, pero mi consejo sería que votase a favor de Tamames, después de haber argumentado lo absurda que le parece la moción de censura. Pero que, mucho más urgente que dejar en evidencia las máquinas y trazas, para él, de Vox, es censurar al Gobierno de la ley del sólo sí es sí, de la Trans, de la animalista, de los indultos y de las despenalizaciones de la corrupción. No habría ni un solo votante del PP que no lo entendiese.

Luego podría explicar cuál sería, a su entender, una mejor oposición a Sánchez que esa enmienda a la totalidad de la moción de Vox. Si de verdad fuese una oposición más contundente, podría convencer incluso a los votantes de Abascal.

Abstenerse, en cambio, censura, más que al propio Sánchez, al partido con el que el PP gobierna en Castilla y León y con el que Feijóo tendrá que pactar en el futuro para echar a Sánchez. Cuesta entenderlo, divide sin necesidad a la oposición y fideliza a los votantes de Vox. Mi sospecha es que Vox se lo ha puesto tan fácil que sospecha una trampa que no existe.

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