
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Nos lavamos más las manos?
La ciudad y los días
Esto es hemeroteca, no opinión. Hace casi exactamente un año, el 13 de octubre de 2019, Pedro Sánchez, entrevistado por este periódico, dijo: "La relación con Rivera se estropeó cuando pactó con Vox en Andalucía". Y al progrerío (que no es lo mismo que progresismo) y el sanchismo (que no es lo mismo que socialismo) le pareció democráticamente sano y políticamente lógico. En cambio, si Casado se niega a pactar con Sánchez mientras Podemos esté en el Gobierno es un inconsciente que bloquea la vida política y actúa inconstitucionalmente no reconociendo la legitimidad del Gobierno PSOE-Podemos. Por lo que se ve aislar tras un cordón sanitario a Vox es profilaxis democrática y hacer lo mismo con Podemos es anticonstitucional. De Madrid a Berlín hay mucho más de 2320 kilómetros: allí es posible la Gran Coalición que frena a los extremistas y populistas.
Es cierto que la situación no es la misma en octubre de 2019 y en septiembre de 2020: la pandemia está de por medio (con sus efectos agravados por una mala gestión) y la excepcionalidad del momento requiere medidas excepcionales y altura de miras… Pero por parte de todos. Para Sánchez unión significa sumisión y altura de miras, adoptar su visión. Para que haya negociación ambas partes deben hacer concesiones y está claro que Sánchez no las hace porque le conviene situar al PP ante dos únicas opciones: entreguismo o bloqueo. En ambos casos él gana y pierde Casado. Y lo peor es que también perdemos todos.
Arrimadas aprovecha la situación invocando la excepcionalidad para buscar un hueco a su destrozado partido. Le viene bien que se titule "Casado rechaza la 'tregua política' que pide Arrimadas y sigue en el bloqueo" (El País). En cambio, Podemos sí puede vetar a Ciudadanos: "Si Sánchez pacta los presupuestos con Ciudadanos que no cuente con nosotros". Ultimátum después matizado por este curioso requisito: que el PSOE asuma sus condiciones y después hable de lo que quiera con Arrimadas. Lo que Sánchez resume así: "Somos un Gobierno de coalición, no monocolor. Todos los interlocutores tienen que reconocerlo". Es decir que no van a vetar a Ciudadanos, pero sí a hacerle tragar los que PSOE y Podemos decidan como "acuerdo de Gobierno" con algún minúsculo retoque que justifique su apoyo. Lo que le viene de perlas al PSOE para arrinconar al PP y a Ciudadanos para arañarle votos.
También te puede interesar
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Nos lavamos más las manos?
Monticello
Víctor J. Vázquez
Sí, una película de toros
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Periodistas olvidados
El habitante
Ricardo Vera
Irrealidades: Panamá
Lo último