Por fin los 630 inmigrantes rescatados por el Aquarius pisan tierra segura, gracias a Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée y, también, a la decisión del Gobierno Central junto a la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia. Antes, Italia y Malta cerraban puertos por decisión de unos gobiernos que han hecho de la xenofobia su bandera. El gobierno francés ha abierto sus puertas, aunque al presidente Macron le ha costado tres días decidirlo y no lo ha hecho sin, antes, implementar medidas de deportación exprés.

La noticia ha corrido por las redes sociales y todas las ediciones digitales de los medios de comunicación del mundo. Este movimiento ha sido suficiente para agitar conciencias en esta Europa, contaminada por la extrema derecha. En frente, las fuertes resistencias y negativas a rescatar personas en riesgo de muerte en el mar Mediterráneo, el más civilizado de la historia y, ahora, el más aterrador del mundo actual, el mismo en el que siguen muriendo cada día migrantes. Pero el gesto del gobierno actual no es suficiente. En Tarifa y Almería reciben a diario pateras con más historias de horror, abusos y miedo.

El gobierno de la Comunidad Valenciana, integrado por el PSPV y Compromís, y el apoyo de Podemos, ya se ofreció, en el año 2015, para fletar un barco y mandarlo a Lesbos para rescatar a un millar de refugiados. El Gobierno Español, presidido por Rajoy, se negó a aceptar la iniciativa, aceptó el papel de vigilante de la frontera sur.

La próxima reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se celebrará los días 28 y 29 de junio, la iniciativa del Gobierno de Sánchez es "una señal para Europa", que deberá abordar este asunto sabiendo que la trata y las mafias son las sangrantes consecuencias del miedo, las causas son las guerras, los regímenes dictatoriales y, fundamentalmente, unas condiciones de vida incompatibles con ella misma.

Francisco de Vitoria no sólo pasó a la historia por ser el fundador de la Escuela de Salamanca en el siglo XVI. Su aportación al derecho público reunida en su obra De potestate civili, establecía las bases teóricas del Derecho Internacional de gentes. Esta obra y su conciencia, situó al dominico en la vanguardia de los pensadores que proponían una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural del hombre. Este pensador, reconocido como el precursor de la idea de la Organización de las Naciones Unidas, bien podría ser la teoría que nos ayude a dibujar la hoja de ruta europea a seguir.

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