De reojo

Ángela Alba

aalba@eldiadecordoba.com

Flamenco con dignidad

El flamenco requiere de silencio y respeto, algo imposible con el actual formato de la Noche Blanca

El pasado sábado, y después de cinco meses, volví a disfrutar de un concierto en directo. Además, en un entorno como los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos, donde la vegetación y la cercanía del río bajaron un par de grados las altas temperaturas que en las últimas semanas vivimos en Córdoba. La cantaora cordobesa Elena Morales abrió la noche para, posteriormente, dejar paso al flautista prieguense Sergio de Lope y su grupo, que ofrecieron un espectáculo único en el que mostraron que han conseguido sacar adelante un sello propio.

Aunque este año la Noche Blanca del Flamenco no se ha podido celebrar por la dichosa pandemia del covid-19, el Ayuntamiento ha diseñado Noches de flamenco en el Alcázar, un ciclo sustituto en el que también se pueda disfrutar de este arte y que se desarrollará los sábados de agosto. Eso sí, tal y como están planteados los conciertos hay una gran diferencia con respecto a la Noche Blanca, y es que en este programa se le da al flamenco la dignidad que merece.

Con el público sentado y escuchando, sin jaleos, sin conversaciones molestas ni botellones de por medio. Porque el flamenco necesita de ese silencio para ser entendido. Requiere de un respeto que en la Noche Blanca es difícil darle por las aglomeraciones de gente que va a los espectáculos, muchas veces solo por ver algo gratis, sin tener un especial interés por lo que se está cantando o tocando.

La Noche Blanca se creó con la intención de atraer turismo -pernoctaciones-, pero la verdad es que es difícil que personas de otras provincias se desplacen para ver a artistas que no actúan en Córdoba en exclusiva y que quizás vayan también a sus ciudades o lugares más cercanos. Por otra parte, si de verdad te gusta el flamenco y un artista en concreto, prefieres verlo en condiciones, sentado y en silencio, aunque haya que pagar para ello.

Quizás este sea un buen momento para replantearse el formato de la Noche Blanca que, por otra parte, no sabemos cuándo se podrá celebrar de nuevo. Las aglomeraciones que se forman son totalmente incompatibles con las medidas de seguridad para evitar la expansión del coronavirus, que por ahora no tiene pinta de acabar. Aunque con menos aforo y en varios días, el ciclo Noches de flamenco en el Alcázar podría ser un buen principio para un nuevo planteamiento.

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