De reojo

Ángela Alba

aalba@eldiadecordoba.com

Ausencias no resueltas

La Fundación QSD Global ha puesto en marcha durante el confinamiento un 'Diario de ausencias'

La falta de un ser querido siempre es dolorosa y debe serlo aún más cuando no sabes dónde, con quién ni cómo está. Tengo experiencia -por desgracia- en las ausencias que son para siempre, en la pérdida de familiares que te dejan partida el alma y un sentimiento de vacío que difícilmente se podrá llenar. Entiendo que algo parecido pasará con las otras ausencias, las de personas que un día no volvieron a sus casas y cuyas familias siguen sin saber de su paradero. En esos casos, al dolor se suma la incertidumbre de desconocer las circunstancias en las que desapareció esa madre, ese hermano o ese hijo; ni si se encuentra bien en la actualidad.

En España hay más de 12.000 casos de desapariciones sin resolver, el 70% de ellas en Andalucía, según el Ministerio del Interior. Esto significa que más de 12.000 familias viven con la impotencia de no poder averiguar qué fue de su ser querido, a lo que se suma la falta de medios y apoyo por parte de las administraciones. Las denuncias en los medios de comunicación y redes sociales y las concentraciones para mantener vivo el recuerdo entre los ciudadanos son sus únicas armas.

Desde el año 2015, esas familias cuentan con el amparo de la Fundación QSD Global, una entidad sin ánimo de lucro promovida por Paco Lobatón que ha llevado hasta el Senado y el Congreso de los Diputados el drama de las desapariciones sin causa aparente. En estas semanas de confinamiento, la fundación continúa con su trabajo y para ello ha puesto en marcha Diario de ausencias, una iniciativa por la que Lobatón conversa con familiares de personas desaparecidas sobre las circunstancias de cada caso y cómo están viviendo estos días de aislamiento.

Las charlas se pueden ver a través de las redes sociales de la fundación y también en su página web. Hasta el momento, este Diario ha profundizado en seis historias y este martes será el turno de Rosa e Isidro, padres de Paco Molina, un joven cordobés que desapareció el 2 de julio de 2015, con 16 años. Según algunos testigos, cogió un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista. Casi cinco años después, su familia sigue sin saber qué ocurrió ni dónde está. Durante el resto del confinamiento, QSD Global seguirá acercando estas ausencias no resueltas hasta la ciudadanía para concienciar de este drama y evitar que estas personas caigan en el olvido.

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