Durante los dos meses que ha durado la huelga de los letrados de la administración de Justicia se han producido un elevado número de suspensiones de juicios, comparecencias y declaraciones, entre quejas de los afectados, desde abogados a testigos que veían caerse los juicios en la misma mañana en la que tenían que celebrarse. Una vez acabada la huelga los problemas son otros: con casi 4.000 actuaciones judiciales que han quedado postergadas, los operadores jurídicos temen la avalancha de trabajo, el aumento de la congestión en los juzgados y el consecuente retraso (aún más) de los procedimientos.

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