De reojo

Ángela Alba

aalba@eldiadecordoba.com

Apuesta todo al rosa

Necesitamos una apuesta clara de las administraciones por la investigación en cáncer de mama

Una de cada ocho mujeres sufrirá a lo largo de su vida un cáncer de mama, una enfermedad que mina a quien la padece y a su familia, que entra en el cuerpo como una bomba que, si no se detecta pronto, revienta todo lo que encuentra a su paso. Una de cada ocho mujeres tendrá que asimilar el diagnóstico de una enfermedad que, aunque cada vez tiene más esperanza de vida, causa cada año centenares de muertes. En Córdoba, en 2019, fueron 117 las mujeres que no lograron superarlo, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Son nuestras madres, hermanas, sobrinas, hijas y abuelas las que están en riesgo de padecer una enfermedad que arrasa física y psicológicamente, sobre todo cuando hay una mastectomía de por medio, una dura quimioterapia o se ha producido una metástasis. Otras tienen la suerte de llegar muy a tiempo -normalmente por ser descubierto en una revisión- y encontrarse con un cáncer poco agresivo en fase muy inicial que se soluciona con cirugía conservadora y radioterapia intraoperatoria. En esos casos, todo parece haber sido un mal sueño, pero el susto no lo quita nadie, tampoco la incertidumbre de la espera del diagnóstico y la biopsia, ni la idea de si es posible que pueda ocurrir una segunda vez.

El miedo bloquea y la vida se paraliza hasta que el cáncer deja retomarla o hasta que cada una está preparada para ello. A veces, incluso cuando han pasado meses, las afectadas piensan que no les puede estar pasando a ellas, mientras que sus familias darían lo que fuera por despertar de esa pesadilla. Nunca pensamos que nos puede tocar a nosotras, pero lo cierto es que el cáncer de mama es una lotería en la que todas tenemos participaciones. Algunas -depende de la genética- más que otras, pero todas estamos en ese bombo. Es duro verlo de esa forma, pero es la realidad.

Con este panorama, la detección precoz y la investigación se hacen indispensables, pero para ello es necesario invertir; es decir, hace falta dedicar dinero al cáncer. Con la llegada del covid-19, todos los esfuerzos se están focalizando en encontrar una vacuna y tratamientos para combatirlo, pero no podemos olvidar que el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres de todo el mundo y que la tasa de incidencia va en aumento. Por eso, necesitamos que la investigación no se pare y las administraciones sigan apostando al rosa de forma decidida.

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