Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Agosto

Parece que las medidas y las distancias de seguridad para evitar el coronavirus no son iguales para todos

Agosto en plena ola de calor y de las buenas -de las extremas y en alerta roja- y, además, en mitad de una pandemia de la que parece que no salimos. Agosto suele ser un mes que bien podría considerarse inhábil y en el que el calor azota a manos llenas.

Un mes en el que la actividad se paraliza, al que en este caótico 2020 llegamos repletos de incertidumbre y al que parte de sus señorías de la Carrera de San Jerónimo van a llegar después de dejar para la historia -que es lo que buscan- dando una imagen, digamos, digna de no ver, más que nada por no sentir vergüenza ajena, si es que se puede. Así, de buenas a primeras eso de saltarse todas las medidas de distancia social para aplaudir al líder parece que no genera peligro alguno, eso si, todos con su mascarilla, pero de distancia poquita. Es decir, que usted o yo misma tenemos que cumplir una serie de requisitos para cuidar nuestra salud en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo y en nuestras relaciones para intentar esquivar al coronavirus, pero sus señorías, pues parece ser que no.

Después de los miles de muertos que ha dejado la pandemia -hay que recordar que las cifras oficiales bailan cada día-, de la crisis en la que estamos inmersos, no es de recibo ver esas bancadas en las que no cabía un ápice. ¿Qué pasa?, ¿qué las medidas no son iguales para todos y hay quien puede saltarse las normas que están para cumplirse? Parece que no, al igual que ocurrió cuando se cerró el Ifema en Madrid como complejo hospitalario, que sobraba gente por todas partes. Un pleno, por cierto, en el que tampoco se puede olvidar que se ha anunciado una moción de censura que parece que va a nacer ya perdida, pero claro, para eso hay que esperar a septiembre, que en agosto hay que irse, quien puede de vacaciones, o quizá para buscar apoyos de una forma u otra.

Pero al final, agosto suma un total de 31 días en los que parece que el espíritu se relaja en todos los ámbitos posibles. Un mes en el que parece también que se pone fin a una temporada del año y que cuando acaba se nos antoja que empieza un año nuevo y hay que llenarse de propósitos y buenas intenciones que llevar a cabo, antes de que llegue el 31 de diciembre, cuando volvamos a hacer lo mismo. Agosto y sus calores. Agosto y la Asunción de la Virgen, ese día 15 en el que todo para. Y agosto comienza mañana, que es sábado.

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