Tengo un sueño es el nombre del famoso discurso de Martin Luther King y nuestro presidente del Gobierno tiene otro rapto onírico que no va de colores como el otro pero es fácil que nos los saque a poco que echemos un vistazo al panorama y lo comparemos con el trampantojo que nos ha presentado a 30 años vista con esa España de ensueño que un equipo de expertos dibuja en 2050.

Un planazo el de Sánchez, que en plena polarización convoca a todos los partidos, comunidades autónomas, ayuntamientos, sindicatos, empresarios, ONG, universidades y todo quisque que tenga algo que proponer para hacer de la piel de toro un paraíso en la tierra con recetas comunes como exótico y genuino ingrediente.

Él se lo guisa y él se lo come recién salido de la ducha fría que le acaba de dar el vecino del sur, por el que arranca este pequeño muestrario de las miserias candentes que consagran la distopía y no la utopía como el perejil de todas las salsas de la sacrosanta marca España:

¿Seguiremos en 2050 con un chantaje, el marroquí, capaz de dictarnos nuestra política exterior, esa tiranía que tan buenas migas hacía con Juan Carlos I, a quien Mohamed VI agasajaba como si fueran uña y carne?

¿Seguirá habiendo indeseables que se indignan con un abrazo fraternal de una trabajadora de Cruz Roja a un inmigrante exhausto?

¿Persistirá el tira y afloja entre el Gobierno y la oposición de turno, ellos y nosotros, conmigo o contra mí, que imposibilita secularmente pactos de Estado tan urgentes como el de la Educación, parcheada a conveniencia de los mandamases de turno entre la indignación sorda del impotente profesorado?

¿Seguirá entonces la lavadora centrifugando la siempre manchada colada de vascos y catalanes hasta el paroxismo?

¿Seguirán algunos dando la tabarra con la extinta ETA?

¿Seguirá el bipartidismo gozando de buena salud mientras la nueva política sigue siendo más postureo que otra cosa y se perderá en la refriega tal como Pablo Iglesias y Albert Rivera ?

¿Seguirán arrasando líderes del nivel de Isabel Díaz Ayuso?

El sueño de Sánchez para 2050 pasa también por comer menos carne... Con que no nos metamos a pedazos en la picadora los unos a los otros iremos bien presidente...

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