Análisis

manuel sánchez

Inflación creciente en la Eurozona

La actual coyuntura económica está marcada por los crecientes riesgos en torno a la inflación por la combinación de factores de demanda y la persistencia de las disrupciones de oferta asociadas a los cuellos de botella, el incremento del coste del transporte de mercancías y de las materias primas básicas y la reciente crisis energética, principalmente en Europa y China.

De esta forma, se ha producido un significativo incremento del nivel de precios en las principales economías avanzadas, situándose en niveles no observados en los últimos 13 años. En concreto, en septiembre la inflación de la Eurozona continuó su senda al alza hasta alcanzar un 3,4% anual, su mayor registro desde 2008.

Una tendencia explicada principalmente por el significativo encarecimiento de la energía de un 17,6% respecto a septiembre de 2020 (frente a un 15,4% en agosto), impulsado fundamentalmente por la fuerte subida del precio del fuel líquido de un 35,6% interanual y del de transporte de un 22,0% interanual. Paralelamente, también destacaron los importantes repuntes de los precios del gas (16,9% interanual) y de la electricidad (10,9%), en un contexto en el que se proyecta que mantengan esta senda de avance en los próximos meses ante la actual crisis energética que afronta el continente europeo. En este sentido, se estima que este incremento alcance su máximo entre los meses de enero y marzo, para posteriormente comenzar a moderarse a partir del segundo trimestre de 2022.

Ante este escenario de crecientes tensiones inflacionistas se estima que la tasa anual de variación del IPC de la Eurozona podría alcanzar en torno a un 4,0% a finales de diciembre.

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