Los conflictos religiosos llegan al Gran Teatro con 'In nomine Dei'

Día internacional del teatro

La obra teatral de José Saramago, dirigida por José Carlos Plaza, exhibe esta noche y mañana en el coliseo los enfrentamientos entre católicos y protestantes en una ciudad de Alemania en el siglo XVI

Una de las escenas de 'In nomine Dei' en la que interviene el actor principal, Carlos Álvarez-Novoa.
Una de las escenas de 'In nomine Dei' en la que interviene el actor principal, Carlos Álvarez-Novoa.
Ángela Alba / Córdoba

27 de marzo 2008 - 05:00

In nomine Dei es "una obra compleja, dura pero importante porque es un alegato contra los enfrentamientos religiosos". Así presentó la delegada de Cultura de la Junta, Mercedes Mudarra, la obra teatral del premio Nobel de Literatura José Saramago que esta noche y mañana se representará a las 21:00 en el Gran Teatro, dirigida por José Carlos Plaza y llevada a la escena por el Centro Andaluz de Teatro (CAT). Mudarra estuvo acompañada en el acto por el delegado de Cultura del Ayuntamiento, Rafael Blanco, el director del CAT, Francisco Ortuño, y los actores Carlos Álvarez-Novoa, Ana Malaver y Rafael García. Ortuño explicó que se trata de "un espectáculo es realmente hermoso", cercano a la ópera por su plasticidad, "una obra que te invita a visitarla" pero también lleva a la reflexión.

El tema principal de In nomine Dei gira en torno a los conflictos entre católicos y protestantes de la ciudad alemana de Münster en el siglo XVI. El problema surge cuando los protestantes instalan un comunismo evangélico en el que quedan suprimidas las deudas y el dinero. A partir de esto comenzaron las represalias, torturas y asesinatos, quedando una población de 14.000 habitantes en sólo 2.000. Lo más llamativo es que estos acontecimientos, esta matanza, se hizo en nombre de un mismo Dios.

"Estamos ante una obra que hace temblar el alma", y gran parte de esto lo consiguen los actores, "que ejercitan su profesión con virtuosismo", aportando cada uno "su pequeño imaginario emocional para que la obra sea bien creíble", añadió Ortuño. "Estamos ante una fiesta del teatro y espero que no defraudemos". El actor principal, Carlos Álvarez-Novoa, apuntó que se trata de una obra absolutamente coral que está hecha según la forma de trabajar de Plaza.

El actor comparó el conflicto de Münster del siglo XVI con los problemas religiosos que se dan hoy en día: "Sus posturas no son menos radicales que las que hay en la actualidad". En la historia los personajes son seres humanos que están tocados por una ambición material y religiosa que desemboca en una masacre. Sin embargo dentro de este enfrentamiento aparece la figura femenina para aportar la razón en un conflicto sinrazón. "La mujer tiene un papel fundamental, es el personaje que sale mejor parado", añadió.

"Saramago atribuye la resolución del conflicto a una mujer", agregó Ortuño, a lo que Malaver añadió que "no es una cuestión de género sino de instinto". Los personajes femeninos están tratados desde la rebeldía. Entre la catarsis y la situación extrema en la que se encuentran los ciudadanos, las mujeres se preguntan: "¿Cuándo Dios nos hablará a nosotras sin intermediario?", adelantó Ortuño. Durante tres horas la representación "te hace despertar la conciencia, no taparte los ojos y ser consecuente", explicó Malaver.

Por su parte, García, un joven actor cordobés que interviene en In nomine Dei, expresó su orgullo por actuar por primera vez en el Gran Teatro y aseguró que el trabajo está siendo duro pero gratificante. "Somos 26 actores, unos con más texto y otros con menos, pero todos tenemos algo que contar", dijo García. El espectáculo pretende instruir al público desde las tablas y explicar que la violencia no tiene cabida en la sociedad y menos aún la causada por conflictos religiosos bajo en nombre de un Dios reconocido bajo distintos nombres.

La representación de In nomine Dei coincide con la celebración del Día Internacional del Teatro, por lo que este noche se leerá en el coliseo el tradicional Manifiesto del Teatro. "De ninguna otra forma se podía celebrar mejor que con esta obra de Saramago" y con la responsabilidad en sus "planteamientos éticos y estéticos", concluyó Mudarra.

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