Un libro recoge las opiniones de Josep Pla sobre la vida cotidiana

Josep Valls extracta las conversaciones que tuvo con el célebre escritor catalán

Efe / Barcelona

06 de marzo 2011 - 05:00

El libro Josep Pla oral, que recoge la visión de Josep Pla sobre la vida a partir de las conversaciones que mantuvo con su autor, Josep Valls, conmemora que el próximo 23 de abril se cumplirán 30 años de la muerte del escritor ampurdanés. A través de este libro, el prosista de Palafrugell (Girona) continúa invitando al lector a reflexionar con un espíritu que a menudo recuerda el de Notas dispersas y otros libros suyos redactados bajo la influencia de los moralistas franceses del siglo XVIII.

Josep Valls ha transcrito en Josep Pla oral 183 visiones sobre él mismo y sobre la vida, la gente, la literatura, el arte, la comida, el país, el viaje, la religión y la política que el propio autor le confió a lo largo de los nueve últimos años de su vida. Entre 1973 y 1981, compartieron numerosos encuentros en el Motel Empordà de Figueres, donde Josep Pla tenía reservada siempre la mesa 26 del restaurante y donde Valls trabajaba de administrador.

Para Josep Valls, las visiones que Josep Pla le confesó sobre las cuestiones que le interesaban son de una sorprendente actualidad. "Quién las ha leído percibe que a ratos parece que constituyan una especie de testamento ideológico de carácter premonitorio", subraya.

"Los catalanes no sabemos gobernar porque no hemos tenido nunca la ocasión de practicar lo que en Madrid hacen como quien se come un melocotón" o "¡Es colosal! En este país cada día hay más gente que se queda sin trabajo, cada día hay más muertos en las carreteras, cada día se comen cosas peores, cada día todo el mundo entiende menos. Pero cuando uno pregunta cómo va todo, todo el mundo contesta invariablemente Voy tirando", afirma Pla hablando de política.

Al hablar de cocina parece que Josep Pla adivina el futuro: "Cuanto más crisis hay, más come la gente. Prefieren ir a comer a los restaurantes que tener dinero en el banco". Aún más premonitorio es el autor de El cuaderno gris cuando dice que "toda aquella cocina de antes se acaba. No hay nada que hacer. Tienen la culpa los frigoríficos, las latas y, en general, las máquinas de la cocina moderna".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

El extranjero | Crítica

Ozon no puede con Camus

Lo último