La primera pesquisa: vida de John Smith

Confluencias publica la inicial e inédita novela de Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle (1859-1930), un maestro que sigue dando sorpresas.
Pablo Bujalance

25 de octubre 2014 - 05:00

Hay determinados libros cuya historia merecería ser contada en un libro nuevo. Todo el mundo reconoce al escritor escocés Arthur Conan Doyle (Edimburgo, 1859- Crowborough, 1930) como el padre de Sherlock Holmes, pero también muchos saben que el autor escribió mucho más allá de su inmortal detective y que de hecho nunca tuvo al mismo en alta estima, hasta el punto de que acabó con él en el relato El problema final; tan contundente fue, sin embargo, la exigencia de los lectores indignados con aquel finiquito, que Conan Doyle se vio obligado a resucitarlo en una de las cabriolas más memorables de la historia de la literatura universal, (comparable al Quijote apócrifo de Avellaneda y a su feliz consecuencia: la legítima segunda parte cervantina). Entre todo aquello que escribió el escocés (ensayos sobre política y espiritismo, historias de ciencia-ficción, novelas históricas, poesía y teatro), su libro más misterioso es el primero de todos: The narrative of John Smith, un texto primerizo aunque anticipador de la plana mayor de su obra que permaneció más de 130 años desaparecido y que ahora publica por primera vez en español el sello Confluencias, con una edición facturada en Málaga, traducida por José Miguel Parra Ortiz y titulada El relato de John Smith.

Entre 1883 y 1884, el joven Arthur Conan Doyle vivía en Portsmouth, donde empezaba a ejercer como médico tras haberse licenciado en la Universidad de Edimburgo y donde jugaba en la liga profesional de rugby (también era aficionado al boxeo y al golf). Por entonces dedicaba parte de sus ratos libres a la escritura y de hecho ya había publicado algunos relatos en otras tantas revistas, siempre de manera anónima según la costumbre de la época. Decidido a probar suerte en el mundo de la literatura, invirtió un empeño mayor en su primera novela, The narrative of John Smith, que envió a un editor. Sin embargo, el manuscrito se perdió por el camino y nunca llegó a su destino. Conan Doyle lo consideró un signo de mal agüero y barajó de hecho la idea de dejar de escribir, pero sus siguientes obras empezaron a acaparar una atención cada vez mayor (Estudio en escarlata, la primera novela de Sherlock Holmes, apareció ya en 1887) y el escritor decidió, como muchos años después hiciera con su creación más popular, darle una segunda oportunidad a John Smith de la única manera posible: reescribiendo el manuscrito perdido de memoria. El destino, sin embargo, siguió mostrándose implacable; apenas terminada por segunda vez, la obra acabó en un cajón y allí permaneció durante más de 130 años. En 2011, finalmente, la Biblioteca Británica rescató el segundo manuscrito al adquirirlo en una subasta y lo publicó en el Reino Unido al año siguiente. Ahora, los lectores en español tienen la oportunidad de viajar a las mismas raíces de Arthur Conan Doyle gracias a la editorial Confluencias.

Si, habitualmente, las primeras novelas ocupan lugares anecdóticos en las bibliografías de los grandes autores, especialmente cuando éstas alcanzan volúmenes mastodónticos como es el caso, los amantes de Sherlock Holmes disfrutarán de lo lindo asistiendo a todo un precedente del investigador más famoso de todos los tiempos. El John Smith del título es un cincuentón malhumorado que vive encerrado en su casa, donde recibe a cualquiera (preferiblemente soldados y amas de casa) que esté dispuesto a debatir con él sobre lo divino y lo humano. Así, el protagonista es en realidad una excusa que Conan Doyle emplea para exponer sus ideas sobre política, religión, economía, literatura e historia. Sin embargo, fuentes de la editorial Confluencias señalaron que, si bien en Inglaterra se armó un interesante debate en 2011 sobre si John Smith era o no era un primer esbozo de Sherlock Holmes, la evidencia deja algunos argumentos de peso: buena parte de las costumbres, expresiones, ideas y procedimientos de Smith fueron trasladados después, literalmente, a Holmes. Por no hablar de su casera, quizá la conexión más rotunda. Así se divierten las musas.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último