Música

El cordobés Paco Montalvo, el alma de violín flamenco que se inspira en el virtuosismo de Paco de Lucía

Paco Montalvo, durante un concierto.

Paco Montalvo, durante un concierto. / El Día

Paco Montalvo (Córdoba, 1992) quiere hacer con el violín lo mismo que Paco de Lucía con la guitarra, sacarla del acompañamiento para el que estaba concebida en el flamenco, y hacer que cante en los conciertos, un empeño que le lleva a estar considerado como el alma del violín flamenco.

"Mi padre es músico, toca el violín, y recuerdo que mi abuela me ponía discos de flamenco de Paco de Lucía, de Camarón", cuenta en una entrevista a EFE Montalvo. Un ambiente que le marcó desde que comenzó a tocar de forma no profesional con su padre para después formarse con grandes maestros en ciudades como Berlín o Londres.

Del mismo modo, continúa, "terminar haciendo flamenco era cuestión de que se me encendiera la bombilla, porque al final el flamenco ha formado parte de mi vida, en mi familia igual".

El cordobés, que a los 18 años interpretó a Paganini en la sala principal del Carnegie Hall de Nueva York, también compone, e incluye en su último disco (Leyenda) una de sus creaciones, la rumba Callejas del pañuelo.

Para hacer violín flamenco, asegura, es necesaria una formación clásica de un alto nivel técnico, a la vez que se necesita un sentimiento flamenco con el que uno tiene que haber vivido. "Haber nacido en Córdoba me ha hecho tener estas dos líneas, estos dos estilos musicales muy marcados porque la música clásica, aunque sea cordobés, también la he vivido aquí mucho", comenta al respecto.

Alma del violín flamenco fue el título de su primer álbum, con el que recibió un disco de oro, y ahora está de nuevo en una gira con Grandes Clásicos 2.0, que comenzó en Milán en enero y pasará por ciudades como Sevilla o Madrid, donde cumplirá su sueño de tocar en el Teatro Real el 22 de abril, y con la que regresará a su Córdoba natal después de muchos años el 8 de junio.

Montalvo considera que la música es un lenguaje universal que le ha demostrado que se entiende sin importar las diferentes culturas y las diferencias entre los países. "Creo que el violín flamenco, en mi caso, se entiende, se comprende y se disfruta igual independientemente del país", concluye.

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