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Córdoba acoge hasta el próximo mes de marzo la exposición Cambio de Era. Córdoba y el mediterráneo cristiano, una de las muestras culturales más importantes de los últimos años en la ciudad. La muestra, que se reparte en tres sedes -el Centro de Creación Contemporánea (C3A), la Mezquita-Catedral y la sala Vimcorsa-, está integrada por más de 200 piezas traídas de los Museos Vaticanos o el Museo Nacional de Cartago, entre otros, y tiene como objetivo final desenterrar el origen del cristianismo. En este especial hacemos una selección de algunas de las obras de más relevancia que la componen.

Miguel Ángel Salas
Una de las joyas de la exposición es la estatua de Cristo sentado procedente del Museo Nacional Romano (Roma). Es una de las pocas y más antiguas representaciones de Jesucristo en bulto redondo que hacen de esta pieza una de las joyas de la exposición. Aunque se desconoce su origen exacto, los expertos apuntan que podría haber sido fabricada en Oriente, en países como Siria o Palestina. Esta estatua también es conocida como Cristo docente o Cristo doctor, por la postura filosófica que adopta Jesucristo. En los primeros siglos del cristianismo, Jesús fue representado de modos muy distintos, en función de lo que se quisiera contar de él.
Sede: C3A

Miguel Ángel Salas
Una de las obras más valiosas de la exposición, única en Occidente, procedente del Museo Arqueológico de Narbona. Es una maqueta de dos toneladas, tallada en mármol, del Santo Sepulcro de Jerusalén. Ejecutada en el siglo V por orden del obispo de Narbona, apenas un siglo más tarde que el original, reproduce a la perfección el desaparecido santuario que Constantino mandó edificar tras vencer al emperador Majencio en la batalla del Puente Milvio para justificar su legitimidad. Esta réplica de gran tamaño consiste un edificio de planta circular, con cúpula y rodeado de columnas exentas. A lo largo de la historia será reconstruida en infinidad de veces y se convertirá en uno de los monumentos más importantes de toda la cristiandad.
Sede: C3A.

Miguel Ángel Salas
Del Museo Arqueológico Nacional dell'Abbazia (Grottaferrata) ha llegado a Córdoba un retrato muy poco conocido del emperador Constantino el Grande, prácticamente inédito a pesar de que se encuentra muy cerca de Roma. Está datado en la segunda mitad del siglo IV, tras la batalla del Puente Milvio, y seguramente fue un reconocimiento al emperador, como solía ser habitual en la época, después de una victoria. El emperador Constantino favoreció el desarrollo monumental e iconográfico del Cristianismo en el siglo IV y es la figura en torno a la que arranca el inicio de esta exposición.
Sede: C3A

Miguel Ángel Salas
Fíbula de oro circular compuesta por dos planchas cuyas juntas están fundidas, con dos remaches circulares en los bordes. Esta pieza, procedente de Museo Arqueológico Nacional de Madrid, está fechada en el siglo VI y tiene un posible origen oriental. La superficie del disco que forma el puente y cuerpo principal de la pieza está decorada en la franja central, mediante la representación de la Adoración de los Magos. A la derecha, la Virgen sentada en trono o silla de alto respaldo apoya sus pies en un escabel; cuerpo de perfil, manto y túnica de numerosos pliegues. Sostiene en su regazo al Niño y con su diestra levantada. Sobre la cabeza del Niño, estrella de ocho puntas. Los tres Magos se acercan por la izquierda; visten pantalón oriental y clámide. Una inscripción en capitales griegas se distribuye en las zonas superior e inferior de la escena. Bajo el disco, lámina lisa con dos anillas en el extremo, de donde arranca la aguja. Falta un sector triangular de la lámina. En la zona opuesta, restos de la cama de la aguja. Relleno de pasta entre ambas láminas.
Sede: C3A

Miguel Ángel Salas
Frontal de un sarcófago infantil datado en el siglo IV y procedente de los Museos Vaticanos. En esta pieza aparecen dos escenas representadas: a la izquierda se reconoce el episodio en que el profeta Ezequiel hace revivir un valle lleno de "huesos muertos", imagen del pueblo de Israel; a la derecha sigue la epifanía, la Virgen María, sentada en un trono, sostiene en sus brazos al niño Jesús ante los tres Reyes Magos que, guiados por la estrella, llegan con sus camellos y traen regalos.
Sede: C3A

Miguel Ángel Salas
Este extraordinario collar pertenece a un completo ajuar que adornó a siete mujeres y niñas de la corte del suevo Requila, que se estableció en Mérida entre los años 439 y 448, grupo que con otros individuos bárbaros (vándalos, alanos, visigodos) se instala en la Península a partir del siglo V y que da lugar a una nueva estructura política en el Mediterráneo occidental. La principal peculiaridad de estas joyas de oro, zafiro y granates reside en que son las únicas de la Península Ibérica, dado que han aparecido dentro de contextos arqueológicos cerrados: tumbas del siglo V.
Sede: C3A

Miguel Ángel Salas
Los estudios recientes de los historiadores concluyen que esta pieza fue una antigua pila de agua bendita -y no una pila bautismal como se creía- como parte del ajuar imprescindible que conformaba cualquier complejo episcopal. Conserva un estado excepcional, repleto de iconografía cristiana. Probablemente podría haber sido un capitel romano reutilizado. Esta pieza pertenece a los fondos de las excavaciones realizadas en la década de los años 30, debajo de la Mezquita-Catedral, y está dentro del catálogo que posee un contenido litúrgico que guarda relación el posible complejo episcopal que pudo existir.
Sede: Mezquita-Catedral

Miguel Ángel Salas
Esta pareja de celosías paleocristianas rescatadas del Museo de San Vicente fueron reutilizadas por los árabes, probablemente para la fachada de la Mezquita en época de Abderramán I o Abderramán II. Han sido piezas que han pasado desapercibidas durante siglos hasta que fueron descolgadas de los muros del templo islámico. Su misión en época cristiana era delimitar el espacio reservado para el sacerdote dentro del recinto episcopal. Aún se puede adivinar la original iconografía cristiana de la cruz en el interior de los rosetones: era una práctica habitual por los musulmanes no destruirla, sino adaptarla, como símbolo de la victoria omeya sobre los cristianos.
Sede: Mezquita-Catedral

Miguel Ángel Salas
Este mosaico, que decoraba el vestíbulo de una rica residencia del norte de África, retrata a una mujer nimbada y vestida con un traje masculino, realizando con la mano derecha el gesto de la bendición, mientras que la izquierda sostiene un largo cetro. Es una pieza de gran calidad cedida por el Museo Nacional de Cartago. Su interés radica en su interpretación: ¿Es cristiana? ¿Qué representa? Aunque todos los investigadores coinciden que este enigmático retrato es una figura femenina de alto rango, las opiniones difieren en cuanto a su identificación. Se ha propuesto incluso que pudiera tratarse de la emperatriz Teodora, esposa de Justiniano.
Sede: Sala Vimcorsa

Miguel Ángel Salas
Estas lápidas paleocristianas cedidas por museos de toda España para la exposición representan los modos de enterramiento de los primeros cristianos. Abajo, el mosaico de Optimus (primera vez que sale de su museo en Tarragona), es considerado uno de los más relevantes de la península por la decoración de su recuadro y otros detalles que lo relacionan con los mosaicos pavimentales.
Sede: Sala Vimcorsa
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