El mundo de la escena despide a Mary Carrillo

La ministra de Cultura resalta el rigor personal y la versatilidad mientras Mario Camus alaba su enorme talento

Mary Carrillo, en una imagen de archivo.
Mary Carrillo, en una imagen de archivo.
Efe / Madrid

02 de agosto 2009 - 05:00

La mejor intérprete española del siglo XX, una mujer extraordinaria, culta, versátil, amable y divertida son sólo algunos de los piropos que le han dedicado hoy a Mary Carrillo sus compañeros, desde la ministra de Cultura al director Mario Camus o el actor Fernando Guillén, rendidos todos a su "encanto" y a su talento "fuera de serie". Los restos mortales de la actriz, que falleció en Madrid a los 89 años a causa de una parálisis cerebral derivada del alzheimer que padecía desde hacía tiempo, fueron incinerados a primera hora de ayer en el tanatorio de la Paz de Alcobendas en una ceremonia íntima.

La actriz Teresa Hurtado, una de las tres hijas de Carrillo y de Diego Hurtado -fallecido en septiembre del año pasado- dijo han querido estar en estos momentos "en familia" y que el funeral por su madre, "una mujer extraordinaria, que lo tenía todo" se celebrará el próximo mes de septiembre. Teresa Hurtado, gemela de Fernanda y hermana de Paloma, ha agradecido especialmente el telegrama de condolencia que han recibido de los Reyes.

"Lo enmarcaremos para que lo sepa mamá, que la gente se ocupaba de ella y que la recordaron con mucho cariño. Eso reconforta", señaló Teresa, que relató que su madre falleció ayer en su casa a causa de una parálisis cerebral después de dos días de agonía, durante los que estuvo asistida por su médico y acompañada por ellas, que la han cuidado los últimos años "casi sin salir de casa por si necesitaba algo". "Hemos pasado con ella -añadió emocionada- los momentos mejores y también los peores, porque tenía un Alzheimer muy grande", dijo.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que siendo una niña de 10 años hizo de hija de Mary Carrillo en la película Love Feroz (1975), destacó "la versatilidad" y el "rigor personal y profesional" de la actriz "en un contexto histórico y social para las artes escénicas y para la mujer muy diferente al de hoy en día".

Para Mario Camus, que la dirigió en Los santos inocentes y La colmena, Carrillo era "un monstruo escénico", una actriz que sabía "decir" como nadie sus papeles y "una persona encantadora y muy divertida".

El director, que comenzó a colaborar con ella a finales de los años 70 en la serie Fortunata y Jacinta, considera que la actriz tenía "una forma muy completa de hacer los personajes, mucha personalidad y talento". José Luis Alonso de Santos, que la dirigió en su última obra teatral, Hora de visita, destacó que para la artista, el escenario era una auténtica fiesta, y que así lo vivió en los tres años, de 1994 a 1997, en los que estuvieron de gira con la que fue su despedida de la escena.

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