"El flamenco nunca se ha cuidado en España"

Javier Latorre. Bailaor y coreógrafo

El artista revivirá la esencia de Camarón de la Isla con un espectáculo de cante y baile flamenco en el que se hace un homenaje a su obra a través de 12 de sus principales temas.

Javier Latorre, en la plaza de la Corredera.
Marga Guillamón Córdoba

19 de junio 2015 - 05:00

Javier Latorre (1962), valenciano de nacimiento y cordobés de adopción, dirige y coreografía Eterno Camarón, un espectáculo de baile y cante flamenco donde se hace un repaso al legado musical de Camarón de la Isla. No es una biografía del cantaor sino un recorrido a través del que se busca expresar sensaciones y sentimientos universales. La coreografía de Latorre, en los pies de los bailaores Mercedes de Córdoba y Eduardo Guerrero, junto con la voz de Pedro El Granaíno, hará vibrar el Compás de San Francisco mañana en La Noche Blanca del Flamenco.

-¿En qué consiste el espectáculo?

-Eterno Camarón es un espectáculo que trata de abarcar lo inabarcable, la vida de Camarón de la Isla a modo de biografía musical. Hemos hecho una selección de doce temas, siendo su nexo de unión una funda de una guitarra con una guitarra dentro y un cuaderno, que supuestamente su hija Gema encuentra en el escenario. Al abrirlo, ella recita unos textos que al parecer escribió su padre y van dando sentido a cada tema musical. Es un recorrido sobre la música de Camarón, con temas de toda su discografía.

-¿Cuáles son los temas principales sobre los que versa el espectáculo?

-La leyenda del tiempo, Volando voy, Romance del amargo, las alegrías de Bahía de Cádiz, pero sobre todo centrándonos en el álbum La leyenda del tiempo, que supuso un antes y un después en toda la historia del flamenco.

-¿Cómo ha sido el trabajo con los bailaores?

-El trabajo con los bailaores nunca es complicado porque, precisamente, yo he sido cocinero antes que fraile y los conozco muy bien. Además, los dos bailaores del espectáculo asisten a mis cursos y toman clases conmigo. De hecho, Mercedes de Córdoba es alumna mía desde los 11 años y a Eduardo Guerrero lo conozco desde hace 15 años. Son dos artistas de primera calidad, por lo que no tengo ningún problema para pedirles cualquier paso y que lo hagan a la perfección.

-¿Qué le parece el entorno del Compás de San Francisco como escenario de la representación?

-Fue mi primer barrio cuando llegué a Córdoba, es como volver a los orígenes. En general son espacios que no están pensados para albergar una actuación pero como espacios turísticos y artísticos son marcos fabulosos. Esperemos que la acústica sea la apropiada y el público pueda disfrutar del espectáculo.

-Es la primera vez que un trabajo suyo como coreógrafo forma parte del cártel de la Noche Blanca. ¿Como se siente?

-Eterno Camarón es un encargo que me hicieron el año pasado, que yo dirijo y coreografío aunque yo nunca he sido contratado como artista. Pero, por supuesto, me siento ilusionado por trabajar en Córdoba, ciudad en la que llevo viviendo muchos años. Poder mostrar mi obra a mis vecinos no se puede definir con palabras.

-¿Ha influido la música de Camarón en su desarrollo profesional y personal?

-Cualquiera que diga que Camarón no le ha influido miente. Este artista y Enrique Morente son los dos grandes agitadores culturales flamencos del siglo XX y parte del XXI. Los discos La leyenda del tiempo de Camarón y Omega de Morente marcaron un antes y un después en lo que se refiere a la forma de hacer el flamenco. A Camarón lo considero uno de mis referentes, pero no solo para mí, para cualquiera que se precie como flamenco.

-¿Va a haber más actuaciones de Eterno Camarón tras La Noche Blanca del Flamenco?

-Llevamos rodando ya unos siete u ocho meses y hemos estado en varias ciudades españolas. Vamos a seguir con esta representación porque tiene un formato muy cómodo de transportar, con pocos artistas y muy talentosos.

-¿Cómo ve la situación actual del baile flamenco?

-Artísticamente, fantástica. A pesar de nuestros mandatarios y de las muchas trabas que imponen a la cultura, el flamenco está en alza en todo el mundo. Pero no en toda España. Debería ser el lugar donde primero se cuidase; seguramente se respeta más en cualquier parte del mundo. Acabo de volver de San Petersburgo y de Shanghai y ahora voy a Toronto. Son ciudades en las que siempre están los teatros repletos y los cursos llenos y en alza. En países como China y Rusia el crecimiento del flamenco parece no tener fin.

-¿Cuál es el motivo por el que se cuida tan poco este arte en España ?

-La subida del IVA cultural ha afectado al sector pero también se debe a la desidia que ha habido históricamente en el país. La población se ha acostumbrado a que los artistas aparezcan por obra y gracia del Espíritu Santo o por esporas. El flamenco no se ha cuidado nunca, a pesar de ser uno de los pilares culturales básicos y no solo cultural, sino también de negocio. La crisis lo que sí ha traído ha sido un cambio profundo en lo que eran los espacios para trabajar. Antes existían muchos circuitos de teatro y obras preparadas para representarse en grandes escenarios. Actualmente la programación en los teatros ha desaparecido casi en su totalidad y las grandes figuras emergentes, e incluso consolidadas, se han ido a los orígenes, que son los tablaos. Hoy en día existe una calidad excepcional en las programaciones de los tablaos de Madrid, Barcelona y Sevilla, equiparable a la que existía en los años 50 y 60, cuando todas las grandes figuras empezaban por ahí.

-¿Considera que La Noche Blanca del Flamenco juega un papel importante en el afianzamiento de este arte en España?

-Yo creo que este evento es un escaparate idóneo que te da un trampolín mediático importante. Lo malo es su corta duración, un único día. Creo que debería apostarse por programaciones continuas y anuales, con espectáculos y artistas de calidad y con condiciones aceptables para ver ese espectáculo, es decir, buena imagen, luces y sonido. En ese sentido, hacer espectáculos al aire libre en espacios naturales que no están acondicionado para ello plantea el hándicap de no apreciar el espectáculo en su totalidad. A fin de cuentas, todo lo que sea promoción, trabajo y expansión es bueno.

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