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Carlos Colón
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El madrileño Antoni Bolinches es un enamorado de las palabras y siempre ha creído en su poder transformador. El punto de partida de su método terapéutico es muy simple: aprender de lo vivido ayuda a vivir mejor. El psicólogo desmenuza este modelo, conocido como terapia vital, en su libro Tú y yo somos seis (Grijalbo), una guía en forma de decálogo que tiene un único objetivo: ayudar al lector a que se convierta en el principal protagonista de la solución de sus problemas.
-El título de su libro llama la atención; lo lógico sería titularlo Tú y yo somos dos...
-Buena reflexión. Pero yo voy más allá del significado físico donde cada uno de nosotros forma una unidad. A nivel psicológico cada uno de nosotros tiene tres partes: un padre, un adulto y un niño. El padre representa las normas sociales y se centra en el deber. El niño es la parte infantil y reacciona de acuerdo con el principio del placer y sus necesidades básicas. Y el adulto actúa de intermediario entre el padre y el niño para conciliar las necesidades de ambos.
-Póngame un ejemplo.
-Si tienes que levantarte a trabajar, tu padre y tu niño interior te incitarán a actuar de manera diferente. Tu niño querrá seguir durmiendo, y tu padre te obligará a ir a trabajar porque es tu deber. Si tu adulto interior está lo suficientemente desarrollado, hará un balance entre las dos posibilidades y entenderá que debe ir a trabajar porque es su responsabilidad.
-Lo ideal sería entonces sacar el adulto que llevamos dentro.
-Exacto, solo así podremos resolver nuestro diálogo interior. De entre todos los perfiles que puede desarrollar una persona, el perfil de la madurez es el único que tiene su adulto desarrollado y es capaz de integrar, en su comportamiento, las demandas de un niño educado que sabe aceptar las limitaciones que le impone un padre dialogante.
-De sus 100 reflexiones me ha llamado la atención la número seis, "no hay crecimiento sin sufrimiento". Me ha recordado al contexto de crisis que vive en estos momentos el país.
-Esta reflexión se puede aplicar a cualquier ámbito. No debemos buscar enemigos o culpables externos; tenemos que adentrarnos en nosotros mismos para encontrar la solución a los problemas. Desgraciadamente, también es cierto que hay casos en los que se puede sufrir sin crecer, ya que para aprender del sufrimiento necesitamos tiempo y una adecuada actitud. En cuanto al contexto de crisis, si aplicamos el método podríamos decir que, mientras el franquismo fue el padre, la democracia actual es un niño. No encontramos el término medio. Ahora somos un niño que no ha desarrollado el adulto. Desde esta maduración personal, será más fácil resolver los problemas del ámbito social.
-¿A qué perfil lector va dirigido su libro?
-Creo que todos necesitamos este libro debido al momento complicado en el que vivimos. Estamos en mitad de una etapa de crisis no solo económica, sino también de valores y de identidad.
-Utiliza varias citas en su libro. Tal vez como apoyo para reforzar sus propias ideas.
-Las citas son para mí un hobby e intento extraer conclusiones propias de buenos pensamientos ajenos. En toda mi bibliografía se pueden encontrar tanto citas ajenas como citas propias. Para este libro han sido fundamentales, ya que se han convertido en la cabecera de cada una de las reflexiones, potenciando las enseñanzas que quería transmitir. Creo que con los aforismos, con una adecuada comprensión e interiorización, se podrían evitar muchos complejos y optimizar muchas capacidades.
-Al final de su libro incluye un glosario de términos, ¿cuál es su función?
-El glosario de este libro es el más desarrollado de todas mis obras. Es un apoyo al lector, permitiendo una mejor comprensión de la obra y los aspectos psicológicos de la misma que puedan resultar más complejos.
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