La cuenca del Ruhr extrae cultura de sus minas para la Capitalidad

Esta zona alemana, que será Capital Europa de la Cultura 2010, tiene como eje de su proyecto el museo Folkwang de Essen y el Zollverein, patrimonio de la Unesco

Zollverein, el mayor pozo minero de la Cuenca del Ruhr, durante un espectáculo pirotécnico.
Gemma Casadevall (Efe) / Bochum

14 de diciembre 2009 - 05:00

La cuenca del Ruhr alemana ha optado por explotar los talentos del tejido minero desmantelado y ha convertido los pozos de los que ya no se extrae carbón en puntal de su programa como atípica Capital Europea de la Cultura 2010. El centro de la Capitalidad será lo que en la región se considera el museo más bello del mundo, junto a la mina que fue orgullo de la región: por tal museo se conoció el Folkwang de Essen, en el corazón de la cuenca, barrido por los bombardeos aliados de 1945. A su vez, el orgullo de la minería lo sintetizó el Zollverein, el que, hoy paralizado, fue el mayor complejo carbonífero de la zona, en las afueras de la ciudad.

Del viejo Folkwang se salvó su colección de Cezanne, Gauguin, Van Gogh y Matisse, proscrita por Hitler como "arte degenerado". El museo renacerá, coincidiendo con la Capitalidad Cultural y reeditado por el arquitecto británico David Chipperfield, como construcción de módulos cúbicos que reemplazan el que arrasaron las bombas. El Zollverein, patrimonio arquitectónico de la Unesco desde 2001, será epicentro del programa de Ruhr 2010, entre sus pozos de extracción, robustas estructuras metálicas y maquinaria, mantenido tal cual, como testigo del poderío minero desmantelado y parte de la siderurgia local.

"Frente a la sofisticación de otras capitales culturales, nosotros aportamos creatividad y la fuerza de nuestra cuenca. Para muchos, síntesis de la alemanidad más laboriosa surgida de las ruinas, para otros, de sus talentos", explicó el director artístico del programa Ruhr 2010, Dieter Gorny.

Las minas, arrasadas por las bombas como el Folkwang y la mayoría de la cincuentena de núcleos urbanos concentrados en la cuenca del Ruhr, fueron sinónimo del resurgimiento industrial alemán, primero bajo tutela aliada, luego como exponente del "milagro económico".

Los talentos a los que alude Gorny son algunos de los creadores de rango internacional salidos en la vieja cuenca o aledaños. Del cineasta Wim Wenders y el eterno enfant terrible de la escena teatral Christoff Schlingensief, ambos crecidos en Oberhausen, a la coreógrafa Pina Bausch, que convirtió la vecina Wuppertal en meca de la danza mundial. Al abrigo de sus talentos se ha trazado el programa de eventos teatrales y fílmicos, mientras que un total de diez museos compartirán la agenda de exposiciones. El Folkwang abrirá en enero, como lo hará la retrospectiva de Alberto Giacometti en el Lehmbruck de Duisburg.

Al estreno del nuevo Folkwang de Chipperfield seguirá unos meses después la rompedora ampliación del Küppersmühle Museum de Duisburg, obra del equipo de arquitectos suizos Herzog & De Meuron, artífices de la cúpula del estadio olímpico de Pekín y que ahora colocarán un enorme contenedor en forma de "T" sostenido sobre el techo del edificio original.

Serán nuevas aportaciones al paisaje de la cuenca alemana que, a vista de pájaro, parece un nudo de autopistas, salpicado de chimeneas, estadios punteros de la Bundesliga y donde el extrarradio de una ciudad se confunde en el de la siguiente. "Bajo tierra está la esencia de la vida", sostiene Manfreg Gedner, guía del Museo de la Minería de Bochum desde que se jubiló del carbón. El Museo de la Minería es el mayor del mundo, explicó con orgullo, y está bajo tutela de "nuestra santa Bárbara bendita", patrona de los mineros. También es patrona de los arquitectos, apunta, y protectora de los nuevos genios llegados a la región con la Capitalidad Cultural, Chipperfield y Herzog & De Meuron. "La necesitarán, su protección", expuso, algo escéptico, ante el futurismo de sus diseños.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último