Quiso Manuel Carrasco agradecer a Córdoba dos llenos seguidos en uno de sus recintos más grandes y se dejó el alma y el cuerpo en un concierto para el recuerdo. El onubense empezó tarde, pero el coso de Los Califas no se lo tuvo en cuenta, incluso habiendo soportado un pequeño chaparrón previo al espectáculo.

Carrasco es de esos artistas que sabe ganarse al público con "vamos Córdoba" y metérselo de lleno en el bolsillo dedicándole incluso una canción. "La Córdoba que me enciende tiene dos ojillos negros, el corazón en la boca, lleva un clavel en el pelo. De geranios su cintura, el río baña su cuerpo, quisiste verme dos días, tú quieres verme dos días y yo verte un año entero", y la plaza de toros desbocó en un griterío de ganas de más.

Esto ocurrió casi al final, tras más de dos horas de un intenso espectáculo en el que el artista no dejó de moverse ni de cantar tras una introducción más tranquila con Me dijeron de pequeño sentado en un banco. Al primer sencillo de La cruz del mapa le siguieron Yo quiero vivir, Aprieta y Los primeros días.

Manuel Carrasco, junto a dos de sus músicos.

El triunfito que nunca renegó de serlo pero que ha sobrepasado al fenómeno demostró con creces porque es uno de los artistas españoles del momento. Su último trabajo de estudio, La Cruz del mapa, viene a confirmar lo que Carrasco ya había sentenciado con Bailar el viento, que es uno de los fenómenos musicales de los últimos años con temas a sus espaldas que nadie puede negar conocer, como No dejes de soñar o Tambores de guerra.

Se introdujo de lleno el cantante en una ciudad que llevaba mucho tiempo esperándolo y a la que no dejó de piropear. En uno de sus temas más conocidos, Mujer de las mil batallas, incluso se dirigió a los donantes del Hospital Reina Sofía y al doctor y director de la Unidad de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar, Ángel Salvatierra.

Nadie dejó de cantar, nadie dejó de bailar y nadie dejó de aplaudir a un Manuel Carrasco en estado de gloria que hoy volverá a subirse al escenario de la plaza de toros para una segunda tanda en la que, con total seguridad, el onubense volverá a dejarse el alma.