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Wicked: Parte II | Crítica
**** Wicked: Parte 2. Musical, EE UU, 2025, 138 min. Dirección: Jon M. Chu. Guion: Winnie Holzman, Dana Fox, basado en el musical de Winnie Holzman, los personajes de L. Frank Baum y la novela de Gregory Maguire. Música: Stephen Schwartz, John Powell. Fotografía: Alice Brooks. Intérpretes: Cynthia Erivo, Ariana Grande, Jonathan Bailey, Jeff Goldblum, Michelle Yeoh.
En 1900 Frank L. Baum publicó El maravilloso mago de Oz con bellísimas ilustraciones de W. W. Denslow. Su éxito le animó a escribir otros trece libros sobre el mundo de Oz y suscitó el inmediato interés del cine. Entre 1910 y 1914 se hicieron seis adaptaciones de breve duración, en 1925 el primer largometraje, en 1932 la primera versión sonora y en 1939 el famoso musical que, aunque al principio no tuvo el éxito esperado, supuso el inicio del reinado de la Metro en este género. Aunque la televisión adaptó la obra de Baum varias veces -y al emitir la película del 39 la convirtió en el éxito que no tuvo en su estreno- el cine no volvió a hacerlo hasta una modesta versión en 1969, una extravagante adaptación rock australiana en 1975, la ambiciosa versión musical moderna El mago en 1978, fallida pese a estar dirigida por Sidney Lumet e interpretada por Diana Ross y Michael Jackson, o la igualmente fallida Oz, un mundo de fantasía de Sam Raimi en 2013.
En 1995 Gregory Maguire publicó con éxito la novela Wicked, una versión revisionista que reivindica a la Bruja Mala del Oeste contando su historia antes de la llegada de Dorothy. En 2003 el veterano compositor y letrista Stephen Schwartz, que tuvo sus primeros éxitos teatrales en 1971 con Godspell y las letras para Mass de Leonard Bernstein, tuvo la arriesgada idea -dados los fracasos de las adaptaciones de la novela con excepción de la película de 1939- de convertirlo en un musical. Contra todo pronóstico, gracias a su partitura y el libreto de Winnie Holzman, se convirtió en un fenómeno que ha llegado a ocupar el cuarto puesto entre los musicales con mayor permanencia en cartel, con más de 8000 representaciones.
En 2024 -muchos años después, sí, pero desde los 70 el musical es un género cinematográfico decaído mientras sigue triunfando en los teatros- se adaptó con gran éxito su primer acto al cine con dirección de Jon M. Chu, tras decidir de común acuerdo Schwartz y la productora que en vez de recortar el musical original para el formato cine se ampliaran los dos actos en dos largometrajes. Chu, que había tenido un relativo éxito en el musical con las dos extensiones de Step Up, triunfó en el género al adaptar el éxito de Lin-Manuel Miranda In the Heights (En un barrio de Nueva York, 2021) y ha revalidado su talento para el musical con las dos entregas de Wicked.
Lo importante es que se trata de un buen y espectacular musical que mantiene el hilo de vida de este gran género
La lectura revisionista de la novela de Baum y la película de 1939 se acentúa en este segundo acto. Unas estupendas Cynthia Erivo (Elphaba, la bruja disidente) y Ariana Grande (Glinda, el hada integrada) han de redefinir sus personalidades a partir de sus propios pasados, su relación con el poder, la verdad liberadora y la mentira opresora. No es que se trate de sustituir el camino de losas amarillas por la escalinata del Potemkin. Pero sí de una inteligente y lograda operación creativa y comercial que sigue de forma ligera las relecturas de los cuentos o personajes infantiles de carácter psicoanalítico o político que tiene como referentes setentones Psicoanálisis de los cuentos de hadas de Bruno Bettelheim y Para leer el pato Donald de Dorfman y Mattelart. Aunque no se olvide que no es la primera vez que se inyecta ideología en el musical: hace un siglo lo hicieron por primera vez Jerome Kern y Oscar Hammerstein II adaptando la novela antirracista de Edna FerberShow Boat.
Lo importante es que se trata de un buen y espectacular musical que mantiene el hilo de vida de este gran género que, desde los años 70 del pasado siglo, se convirtió, como el western, en una rareza en las carteleras con más títulos fallidos que acertados. No debe ser casual que entre los mejores musicales de la historia del cine, el American Film Institute solo incluya tres posteriores a los años 70:Chicago en el puesto 12 (no lo comparto: se cargó la obra maestra de Kander y Fosse), La bella y la bestia en el 21 y Moulin Rouge en el 25. Las dos partes de Wicked podrían figurar en esta lista cuando se actualice como uno de los mejores musicales del siglo XXI.
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