El cómic cordobés: un mundo con mucha historia en busca de proyección
Literatura
Córdoba cuenta con autores reconocidos en el mundo de la novela gráfica que demandan una mayor apreciación por parte de instituciones y público
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Córdoba/Todo el mundo ha leído alguna vez un cómic. Algunos lo asocian a una etapa de la vida un tanto juvenil, otros son apasionados de las historias gráficas y su arte del dibujo de todas las edades. Para una parte de la población es una maravillosa vía de comunicación y posterior divulgación y que tiene en Córdoba algunos grandes exponentes, autores que han logrado incluso éxito internacional. ¿Sabía que hay un grupo de expertos entre estos llamados Killer Toons que nacieron en la ciudad de la Mezquita? Para los amantes de la novela gráfica, aún queda un mundo por descubrir siguiendo los pasos de varios cordobeses.
Autores como Raúlo Cáceres o Vicente Galadí han sido y son firmas indiscutibles de este ecosistema. Instituciones como Wak! o Crash! Comics también han puesto su granito de arena en este universo. Este último establecimiento ha sido el organizador de diferentes sesiones sobre el cómic o ha participado en la promoción de estas creaciones cordobesas. Gabriel Soriano, su fundador, describe lo que les motiva a seguir apoyando y promoviendo a estos creadores, incluso ahora con la preparación de un cómic colectivo que reunirá a diversos autores cordobeses emergentes "centrado en historias con un enfoque social".
Javier Fernández es experto en este campo, lleva desde los 80 siendo partícipe activo en el sector. Además de conocer el mundillo como la palma de su mano, se encarga de la parte de la divulgación, destapa todos los elementos desconocidos del cómic y se lo ofrece a las nuevas generaciones. En los últimos cinco años ha realizado exposiciones junto con la Universidad de Córdoba con los autores más destacados. En su opinión, "el cómic en Córdoba no estaba lo suficientemente valorado, quizás la provincia en la que se le ha dado más peso ha sido Granada. Aquí hay un vacío, me refiero de apreciación por parte de las instituciones y el público, porque sí que hay una serie de autores muy activos todo el grupo de los Killer Toons, donde están Raúlo Caceres o Rafa Infantes".
La problemática de estos autores, según el experto, es que "se les conoce más fuera que dentro". Explica Fernández que incluso de la escuela de Artes y Oficios está saliendo una nueva generación de dibujantes, aunque sea con otros estilos, teniendo como referente el famoso manga. Después de analizar la perspectiva, "se mueve el cómic, no como nos gustaría, pero hay un movimiento en Córdoba que merecería la mayor apreciación". "He montado las primeras jornadas del cómic en la universidad", porque mucha más gente de la que parece lee historias gráficas, destaca Fernández, que también dirige el club de cómic de la Biblioteca Central: "Hoy día casi cualquier lector que se interesa en la literatura ha leído un cómic, sobre todo con la revolución de la novela gráfica".
Para el divulgador, "el cómic es un lenguaje artístico y tiene una capacidad para narrar como la que pueden tener la literatura o el cine. Durante décadas ha tenido una función infantil, pero desde los 70 ha ido adquiriendo una categoría cultural y artística de primer orden. Esto se ha hecho más visible con la publicación de lo que se conoce como novela gráfica: el cómic es el lenguaje; la novela, el formato".
Por su parte, Raúlo Caceres, uno de los grandes, califica de "profético" el mundo del cómic en Córdoba: "Porque como se suele decir, nadie es profeta en su tierra. Aquí hay una cantera de autores magnífica, pero poco conocida; algunos ya peinamos canas y llevamos años publicando en España, EEUU, Francia o Alemania. Otros producen revistas y fanzines míticos. Y otros están empezando con una calidad impresionante. Pero la proyección es escasa y los eventos comiqueros aún están creciendo". Dentro de las propuestas que el autor idearía para potenciar la cultura del cómic en la ciudad sugiere "potenciar salones de cómic locales, como la Feria del Cómic, que este año será espectacular. Se podrían resucitar las Jornadas de Tebeo en la Calle que años atrás se hacían en la Casa de la Juventud y Diputación, y que habían alcanzado un nivel muy bueno trayendo autores internacionales".
Cáceres forma parte de los Killers Toons que "fue una de las revistas de cómic más importante del panorama cordobés. Era cómic canalla: ciencia ficción, humor, terror, gore, y muy mala leche. Intentábamos hacer un salmorejo cordobés con ingredientes como el Creepy. En su última etapa se fusionó con el cine de terror de culto. Sus autores eran veteranos de aquí herederos de los Tebeonautas y los primeros salones de cómic de Córdoba de la Plaza del Potro". Y su principal misión era "desencadenar el apocalipsis comiquero, por supuesto".
Vicente Galadí también ha sido y es parte de la historia del cómic en Córdoba, "tenemos un momento bastante bueno de presentaciones, en el sentido en que se están presentado novedades, que vienen los autores, dan una charla, a veces se hace con el soporte de la Junta de Andalucía y alguna que otra institución y se desarrollan en bibliotecas o librerías". Para él, la afición al cómic es algo generacional; hay gente que es aficionado durante una época y luego hay otra que toda la vida está consumiendo. Y añade que, desde una perspectiva editoral, hay un "cierto desierto, ya que quitando esas iniciativas personales de autoedición, como Rafa Infantes, no hay ninguna editorial cordobesa que apueste por el cómic o que se dedique a ello en exclusivo".
Galadí estuvo sacando una publicación hace más de catorce años, con un sello que se llamaba Ariadna: "Hice cosas con un colectivo que había que en Córdoba. Luego, colaboré dentro del sello Tebeonautas en los años 90. En el 2000 tenía ganas de hacer mi propia publicación, y estuve unos ocho y nueve años publicando la revista y una serie de monográficos". Esta revista a la que hace referencia se llamaba Dos veces breve, cuya intención era mostrar al público una serie de autores emergentes de aquel momento "la única manera que tenían los autores de novela de darse a conocer más allá de su publicación gráfica era presentarse en una revista". Como propuesta para mejorar la divulgación en Córdoba, Galadí echa de menos "otras actividades que se hacían antes, como las jornadas del cómic".
Rafa Infantes es la mente creativa de Wak!, un proyecto personal con sello independiente, “pero con vocación de dar cabida a publicaciones de autores afines a mi concepción del cómic como un medio abierto a innumerables posibilidades artísticas y creativas”. Según su perspectiva “veterana” el hito sin duda del cómic en Córdoba fueron las Jornadas del Cómic que se celebraron entre el año 1984 y 1992, facilitando el surgimiento de incontables iniciativas y proyectos en torno al cómic en nuestra ciudad.
Para Infantes, la proyección del cómic sigue siendo desconocida “hay muchas iniciativas" que necesitan de más repercusión. "Tal vez sea necesario un esfuerzo de todos, tanto de los propios creadores como de las instituciones”. Como idea para solventar este problema “funcionaría bien algún tipo de evento como unsa jornadas, pero que dadas la características del movimiento comiquero cordobés deberían enfocarse a la autoedición, los fanzines y la edición independiente”.
En definitiva, la trascendencia del cómic cordobés ha traspasado barreras y ha hecho historia, pero los expertos aseguran que aún se puede luchar más para situar este arte en el puesto que se merece.
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