La casa donde habita Blas Infante
El arquitecto Bico Bermúdez es el artífice del proyecto museográfico de la Casa de la Alegría, última residencia del político en Coria del Río · En el discurso del centro se han utilizado técnicas audiovisuales de teatro virtual
A medio camino entre Coria y La Puebla del Río, en un altozano que divisa el Guadalquivir en la distancia, Blas Infante adquirió en 1931 una finca de apenas cuatro hectáreas y media. El momento era propicio para construir la residencia familiar. Se había hecho cargo de la notaría de Coria y la política del nuevo Estado republicano favorecía su gran proyecto andalucista. Su trágica muerte al principio de la Guerra Civil impidió que la singular construcción pudiera convertirse en su casa por mucho tiempo. Éstas son las primeras notas con las que el arquitecto Antonio Tejedor describe la Casa de la Alegría, como bautizó Blas Infante a la que sería durante unos pocos años su vivienda, un espacio que ha sido rehabilitado recientemente coincidiendo con el 125 aniversario del nacimiento del pensador andaluz.
En el proyecto de reapertura de este emblemático edificio -en cuyos terrenos adyacentes se encuentra el Museo de la Autonomía y el Centro de Investigación de la Memoria de Andalucía- destaca, sobre todo, la labor museográfica desarrollada en el conjunto de las estancias de esta vivienda declarada Bien de Interés Cultural. El arquitecto argentino de orígenes andaluces Bico Bermúdez (Buenos Aires, 1956) ha sido el responsable del proyecto que ha desarrollado la empresa sevillana Absoluteinn, que dirige Francisco Sánchez. "Desde el punto de vista de la creación de un concepto expositivo, confluyen aquí elementos tremendamente atractivos. Por un lado, las características del espacio: un lugar que ya cuando se estaba construyendo provocaba el asombro entre los vecinos, y que aún hoy en día, tampoco deja indiferente a nadie. Por otra parte, la singularidad de la personalidad del protagonista, su particular manera de entender esta tierra, o lo que es lo mismo, de entender la vida, al ser humano, su defensa a ultranza de los derechos sociales, de la libertad, de la necesidad universal de educación y de cultura. Todo ello supone un formidable punto de partida", explica Bermúdez sobre la identidad del proyecto museográfico cuyo objetivo, añade, es "despertar el interés en el visitante por conocer nuestra historia reciente" tras un dinámico recorrido apoyado en audiovisuales de carácter historicista e interactivo. Y es que en el proyecto museográfico de la Casa de la Alegría, el equipo de Absoluteinn trabajó durante cuatro meses para integrar en el itinerario la biografía, el pensamiento y el legado del político nacido en Casares en 1885. También, en un intento de enlazar con la realidad andaluza, el espacio da cabida a un aula interactiva en la que figuran los centros de Andalucía en el exterior, explica el bonaerense.
Pero el visitante no sólo conocerá lo que de Blas Infante queda, sino casi su propia figura. Gracias a la utilización de novedosas técnicas audiovisuales de teatro virtual o pepper's ghost (parecido a enormes hologramas), se recrean escenas de un gran significado: una en el despacho, otra en el piano donde compuso el himno de Andalucía y una, al final, en la puerta "por la que salió detenido pocos días antes de su ejecución; por esa puerta se lo llevaron y con él a miles de personas que fueron represaliadas", explica Bermúdez. La apuesta por esta tecnología de vanguardia era clave para un espacio cuyos visitantes son "estudiantes casi en su 90%, con vagos conocimientos de la vida de Blas Infante". "Hemos querido que el visitante, quien venga, tenga una inmersión sensitiva directa, a través de la imagen virtual a escala real, de manera que parezca que está ante un truco de magia, porque la visión es muy sorprendente", apunta.
Tan asombroso es el resultado de la aparición de Blas Infante que María de los Ángeles, única de sus hijas que aún vive, se emocionó y felicitó al equipo que le acercó de nuevo a su padre. Dice Bermúdez que su cariño es "el mejor premio".
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