"El arte es libertad de expresión"

A sus 31 años, el escultor lucentino Francisco Javier López del Espino recibirá el próximo 4 de junio la Medalla de Plata de la Real Academia de las Artes, Ciencias y Letras de París por el conjunto de su obra artística, condecoración que anualmente recibe un artista de cada país europeo. Su primera imagen en barro la modeló con 14 años y, hasta la fecha, ha realizado más de 27 esculturas entre las que destacan la talla de San Juan Pablo II que bendijo el propio Papa Francisco en 2014. Este reconocimiento, y el que el público que disfruta de su obra realiza a diario, son fruto de su pasión, estudio y esfuerzo constantes.

-¿Cómo se inició en el mundo artístico?

-Siempre he sido un amante de la Semana Santa y desde mi adolescencia, a partir de los 12 o 13 años, empecé a sentirme atraído por el mundo de la escultura, enfocando todos mis estudios para lograr algún día realizar imágenes religiosas. En Lucena trabajé con artesanos que se dedicaban al mundo de la talla y posteriormente me trasladé a Córdoba donde realicé estudios oficiales al respecto. Desde 2007 llevo trabajando como autónomo en este oficio desde mi taller ubicado en mi ciudad natal.

-Realmente, en este tipo de oficio, hay muchos artistas autodidactas sin ningún tipo de formación oficial al respecto. ¿Lo importante es la práctica más que el estudio?

-Digamos que los estudios te aportan los puntos de partida, aunque realmente tú te formas y logras evolucionar a través del trabajo y estudio diarios. En realidad, mi trabajo dura las 24 horas del día, nunca termina, porque estoy todo el día viendo pintura, anatomía, pensando en ideas. Eres muy esclavo de tu trabajo, pero para mí es el mejor oficio del mundo.

-¿Qué significa para usted el arte?

-Para mí significa la expresión más profunda de los sentimientos. Cuando los artistas ejecutamos obras de arte de alguna manera estamos expresando nuestros sentimientos al resto de personas que admiran nuestras obras. Había un filósofo que decía que el arte es el oxígeno del alma, una reflexión que me parece muy acertada.

-Su trabajo se centra especialmente en la imaginería. ¿Cuántas obras llevan la firma de López del Espino y a qué lugares han viajado?

-Estaremos hablando de unas 27 o 28 imágenes que forman parte del patrimonio de hermandades o están en colecciones particulares, al margen de las que yo he ido creando y guardando en mi colección personal. Entre ellas, he realizado trabajos para Porcuna, Jaén, Murcia, Albacete, Ciempozuelos, Barbastro, Huesca, Tarancón, Navalcarnero, Sevilla, Conil de la Frontera, Almería o Valencia. En Lucena también realicé un Cristo crucificado ubicado en el Santuario de María Santísima de Araceli y el Cristo de la Caridad que se elaboró para una recién creada hermandad que aún no dispone de estación penitencial, y que se ubica en la Iglesia Mayor Parroquial de San Mateo. Tengo suerte de que a la gente le guste mi trabajo.

-Recibe en unos días la Medalla de Plata de la Real Academia de Artes, Ciencias y Letras de París, ¿qué supone para usted este reconocimiento?

-Esto te abre muchas puertas y da tu obra a conocer a mucha gente. Siempre es bueno conocer y que te conozcan. Se trata de una institución, fundada en 1915, que pertenece al Ministerio de Cultura francés y, anualmente, otorga a artistas relevantes de los distintos países europeos las medallas al mérito de las Bellas Artes. En concreto, en España tiene un delegado que se llama Jesús Rodríguez Rubio, académico numerario de la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y Catedrático de Filosofía. Él se puso en contacto conmigo en marzo del pasado año y me comunicó que estaba interesado en proponer mi obra para recibir la medalla de esta Academia. No obstante, mi mayor premio hasta la fecha fue la bendición por parte del Papa Francisco de la imagen que realicé de San Juan Pablo II, algo que no sucedía desde 1971, y que tuvo lugar en 2014 en el Vaticano. Actualmente la imagen se puede visitar en las dependencias de la Iglesia de San Pedro Mártir.

-¿En qué proyectos se encuentra inmerso en la actualidad?

-Ahora estoy trabajando en un proyecto para Murcia, la elaboración del Misterio de María Consuelo de los Afligidos, que tiene fecha de entrega para 2018; en el proyecto de Las Tres Marías Viniendo del Calvario para el Sábado Santo de Cuenca; en un Ecce Homo para Conil de la Frontera; y la escultura de Madre Teresa de Calcuta para la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, que se ubicará en la Real Ermita de la Sierra de Aras. También tengo previstos trabajos para otra hermandad de Conil de la Frontera, Tarancón y Castilla La-Mancha. Dependiendo de las dimensiones, al año se pueden realizar entre cuatro y seis obras.

-¿Cómo considera que se encuentra en la actualidad el oficio de la imaginería? ¿Se trata de una profesión de futuro?

-Se encuentra en un momento bastante bueno y cálido, sobre todo porque hay muchos imagineros y cuando eso sucede suele haber gente que trabaja de manera muy espontánea y aportan visiones nuevas a lo que se ha hecho antiguamente. No beben solo del barroco, sino que sus obras están impresas también de hiperrealismo, entre otros estilos, y eso enriquece. El arte no deja de ser eso: enriquecimiento y libertad de expresión. Y todo lo que sea respetar unos cánones clásicos en la imaginería, aún desmarcándote un poco, es correcto.

-Al margen de la imaginería, ¿obras de otro estilo que puedan llevar en un futuro su sello?

-Me siento muy atraído por otras manifestaciones artísticas dentro del mundo de la escultura, pero por la carga de trabajo no tengo tiempo para desarrollarlas. El arte contemporáneo o el impresionismo escultórico me apasionan, incluso la pintura o el dibujo, pero a día de hoy me es imposible porque es tan absorbente esta profesión cuando eres exigente y te vuelcas tanto en querer mejorar y superarte a diario, que no puedes dedicarte a nada más.

-¿Sus artistas preferidos?

-Francisco de Goya, Pablo Picasso, Claude Monet o Gian Lorenzo Bernini