Entrevista

Sr. Chinarro: “Incluso la objetividad científica tiene algo de poesía”

  • El músico sevillano Antonio Luque presenta en Cosmopoética su último disco, 'El bando bueno', en el que  canta a sábanas santas lavadas con Mimosín o a una reina Leticia con C

Sr. Chinarro, alter ego de Antonio Luque, este domingo en Orive.

Sr. Chinarro, alter ego de Antonio Luque, este domingo en Orive. / Lolo Agredano

“Muy sencillo será cambiar de tema en el peor poema”, entona Antonio Luque, alter ego de Sr. Chinarro, en su disco El fuego amigo (El Ejército Rojo, 2005), un álbum luminoso que supuso un punto y aparte definitivo en la carrera siempre inquieta del músico sevillano, que este domingo ha participado en Cosmopoética. Las letras de las canciones de Luque habían caminado hasta entonces entre lo críptico y la broma privada, entre la metáfora incomprensible y lo que parecía incluso resultado de la escritura automática. En El fuego amigo, las canciones de Chinarro –un homenaje al personaje de Los payasos de la tele que siempre se lleva los tartazos- empiezan a contar historias de forma clara, aunque Luque defiende que desde el principio han estado ahí, a veces ocultas entre capas de guitarra distorsionada y teclados oníricos.

“No sé si la poesía me ha aportado algo o me ha influido de manera directa a la hora de escribir canciones. Quizás la conexión está en que hemos leído lo mismo o en que tengo algo en común con los poetas, y es que el mundo visto con objetividad y frialdad no me gusta, además de que es difícil de creer. Incluso la objetividad científica tiene algo de poesía”, explica en conversación con el Día el autor de El mundo según (Mushroom Pillow, 2006), obra maestra del pop español y una de las cumbres de su amplísima discografía, que acumula más de 200 canciones grabadas. En aquel álbum dedicaba una canción a un amor “del montón” que incluye una de sus rimas más tarareadas: “Yo miraba al castillo / Y me creía Franz Kafka / Y escribí una canción / Que acabé en una tasca”.

“Los lugares comunes son aburridos para mí incluso para hablar de algo como el amor, del que se han hecho miles de canciones”, dice Chinarro, que recuerda que en su juventud leyó “a algunos poetas, no muchos”. “Descubrí a Rimbaud, como tantísimos músicos. Es casi un motivo de burla cuando lo dices. Daba la sensación de esto lo puedo hacer yo. Y hace unos años una amiga me regaló un libro de poesía de Wisława Szymborska, la escritora polaca que recibió el Premio Nobel de Literatura, y es buenísima. Pero soy más de leer novelas, me cuesta concentrarme en la poesía”, confiesa.

Carátula de 'El bando bueno', de Sr. Chinarro. Carátula de 'El bando bueno', de Sr. Chinarro.

Carátula de 'El bando bueno', de Sr. Chinarro. / El Día

A Chinarro, la pandemia lo pilló con El bando bueno (Mushroom Pillow) grabado y preparado para salir a la venta. Se publicó el pasado mayo, con una portada-meme inspirado en el caballero de la mano en el pecho del Greco que sorprendió dada su reticencia a aparecer en la carátula de sus trabajos. “Es una broma. Ya salí en Menos Samba (Mushroom Pillow, 2012) en versión cómic y en La Pena Máxima (Acuarela, 2000) detrás de una teleraña, aunque era difícil de saber. En el mundo del pop rock no estoy entre los más feos, pero me da un poco de pudor”, ríe. El bando bueno es una colección de diez canciones en las que canta a sábanas santas lavadas con Mimosín o a una reina Leticia con C a la que le pide “falsas noticias”.

Apenas ha tenido la oportunidad de presentarlo en directo por la pandemia, algo que tampoco le preocupa demasiado porque en los 90 le pasó con “varios”, y eso que no había covid-19. Como reverso positivo, este tiempo muerto le ha permitido esbozar canciones para su próximo disco, del que aún no existe título, pues “eso sale en el último momento”. ¿Cómo ha influido el confinamiento en la composición, todo lo que está ocurriendo?  “He tardado en arrancarme con las letras, pero han empezado a fluir, y de alguna manera se refleja lo que estamos viviendo, porque hay que ser muy insensible para que no te afecte y no te contagie”.

Eso sí, advierte: “Tampoco voy a hacer una canción sobre los Resistiré o sobre que van a dar las ocho y voy a salir a la ventana a aplaudir… Las letras hablan sobre la precariedad y lo difícil de la vida para todo el mundo. Quizás por ahí van, pero tampoco son tan obvias”, dice un músico que huye de los lugares comunes desde sus inicios.

Un ejemplo: “Estuve hablando con un amigo que toca en la calle en Berlín y un día se lo encontró Moreno Bonilla y estuvo hablando con él. Es un afectado de Isofotón y le preguntó si vivía en la calle. Hay que contar la historia de mi amigo Jose con Moreno Bonilla, dije, y de inmediato salió una letra. Si te pones muy estupendo, a darle muchas vueltas, esa canción no le gusta a nadie”, cuenta Luque, que como el Chinarro de Los payasos de la tele se ha llevado más de un tartazo del público. “Siempre pienso que lo que hago no le va a gustar a nadie, y por suerte hay cierto número de personas con las que me equivoco, aunque es difícil de acertar porque de los gustos masivos me sorprende todo”, confiesa Luque, que después de más de 20 años en la profesión sigue pasándolo mal en el escenario. “Me pongo muy nervioso, y suelo decir que cobro por ese rato de antes. Soy muy tímido”.

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