'Sonrisas y lágrimas' organiza un casting para niños en el Gran Teatro

Córdoba acogerá del 10 al 13 de mayo un clásico del musical, Sonrisas y lágrimas, producido por Drive Entertainment (responsable de Hoy no me puedo levantar, 40 El Musical y Más de 100 mentiras) y Vértigo Tours (Chicago) y dirigido por Jaime Azpilicueta. Una obra que presenta un elenco formado por actores con gran experiencia en otros musicales, excepto los tres más pequeños, que son residentes en cada una de las ciudades que forman parte de la gira. Así, Sonrisas y lágrimas realizará un casting de niños en Córdoba el próximo martes (en el Gran Teatro, por la tarde) para seleccionar a un niño (de 8 a 13 años) y dos niñas (de 4 a 7 y de 6 a 9) que representarán los papeles de los tres hijos más pequeños de la popular familia Von Trapp: Kurt, Marta y Gretl.

Las instrucciones de inscripción para esta prueba se pueden encontrar en la web www.sonrisasylagrimas.com, en el apartado de audiciones.

María, una joven novicia apasionada por la música y en busca de su auténtica vocación y de su lugar en el mundo, recala en la gran mansión del capitán de la marina austriaca George von Trapp, recientemente comprometido con una rica baronesa, para hacerse cargo del cuidado y la educación de los siete vástagos de este hombre viudo, severo y reacio a las muestras de afecto. Todo ello con la amenaza de la invasión nazi en Austria como telón de fondo. Sonrisas y lágrimas fue llevado al cine en 1965 por Robert Wise y con Julie Andrews y Cristopher Plummer al frente del reparto.

Pese a la popularidad de la versión cinematográfica, la obra nació en Broadway. Sonrisas y lágrimas (su título original era The sound of music) se estrenó en Nueva York en noviembre de 1959 y estuvo casi cuatro años en cartel, y desde entonces no ha dejado de representarse por todo el mundo, ha sido visto por 45 millones de espectadores y su banda sonora es una de las más populares de la Historia.

"Sonrisas y lágrimas es, tal vez, el mayor éxito de la historia del musical", señala Azpilicueta. "Desde hace más de 50 años se viene representando ante los públicos de varias generaciones y de todas las culturas. Como les pasa a los verdaderos clásicos, sus valores permanecen eternos, inamovibles tanto por la historia como por la música", añade el director.