Roses resalta la complejidad del sistema descriptivo de las 'Soledades'

El profesor de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Córdoba destaca la riqueza de recursos de un poeta que lleva a sus versos su pasión por "la radiante materialidad de la existencia"

Roses, junto al profesor Teodosio Fernández.
Alfredo Asensi / Córdoba

19 de noviembre 2011 - 05:00

Para llevar a cabo su propósito de definir la vastedad del mundo a través de la poesía, Góngora utilizó un ancho repertorio de recursos. Con ellos "abre el cofre de la inteligencia y la imaginación descriptivas", superando los modos tradicionales, como demostró ayer Joaquín Roses en su ponencia Cultura visual y representación verbal en la poesía de Góngora, incluida en la penúltima jornada del congreso internacional sobre el poeta cordobés que se desarrolla en el Rectorado de la Universidad desde el pasado lunes.

Que el desarrollo de la técnica descriptiva es una de las aptitudes de los grandes poetas ya lo advirtió Aristóteles. En Góngora se aprecia tanto una transgresión de los modelos convencionales como una espiral de superación que encuentra sus manifestaciones más altas a partir de 1600. En las Soledades, esa capacidad descriptiva articula un discurso poético que, en su complejidad, desborda el análisis que postula a Góngora como poeta pintor que en vez de pluma maneja un pincel. Estas equivalencias, además de simplificadoras, tienen "mucho de falso", apuntó Roses, que cree que hay que superar determinados errores que se han perpetuado en el estudio del Góngora descriptivo. El cordobés "rehúye la llamada descripción horizontal" y practica un tipo de descripción compleja definida por Roses como "vertical, diacrónica o casual". En las Soledades "se demora con prolijidad en la expansión" de su universo, proceso reforzado por "una construcción metafórica muy elevada". También es pertinente subrayar que Góngora "no sólo es complejo constructivamente sino profundo conceptualmente".

El modelo descriptivo de las Soledades reposa en la dialéctica memoria/olvido, según reveló el profesor titular de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Córdoba y director del congreso. Así, encontramos dos tipos fundamentales de descripción: la que "apela a la memoria de los objetos" y la que los conduce "hacia el olvido". El primero está presente sobre todo en la Soledad primera, en la que Góngora pone de manifiesto continuamente su "confianza en la radiante materialidad de la existencia", que nos hace "olvidar el olvido". Un torrencial descriptivo nutrido por variadísimos y audaces recursos y que afecta a muy diversos elementos de la naturaleza. En un fragmento dedicado a la miel, el poeta acude a la perífrasis (rodeo de palabras) para evitar nombrar el elemento descrito: "Lo que lloró la Aurora / (si es néctar lo que llora) / y, antes que el Sol, enjuga / la abeja que madruga / a libar flores y a chupar cristales, / en celdas de oro líquido, en panales / la orza contenía / que un montañés traía". Góngora resume el proceso de elaboración de la miel en un discurso de contrastes en el que de la Aurora y el néctar se pasa a un personaje rústico que porta una vasija común. El "encomio de lo sencillo y lo natural" llega a ser "hiperbólico" en la Soledad primera, como acreditan numerosos pasajes que Roses analizó. Materias naturales "adoptan formas heroicas" y la descripción de un alcornoque puede servir como resumen de la edad de oro. Góngora establece insólitos pasadizos entre lo vulgar y lo sublime.

En la Soledad segunda, sin embargo, prima la idea del conflicto y "se especifica la evolución del objeto descrito hacia la nada".

Roses propone actualizar la mirada sobre la poesía de Góngora y destacó la utilidad de las nuevas teorías literarias a la hora de revisar aspectos centrales en la obra de un autor inagotable.

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