La Orquesta de Córdoba ha recalcado este martes su apoyo a los jóvenes músicos que estudian en los conservatorios de la provincia, que crecen en número cada curso y que aspiran a trabajar y vivir de esta profesión. Además, va un poco más allá, con la organización, junto a las escuelas, de una serie de talleres y master class de cámara y orquesta.

Según ha indicado la formación musical en una nota, independientemente de que lleguen a formar parte de una orquesta, a ser solistas o no, todos los estudiantes de música "merecen la oportunidad de conocer y sentir de cerca cómo es el trabajo en una orquesta profesional", pues en las escuelas "se aprenden cosas fundamentales que solo pueden complementarse con la necesaria experiencia".

Desde sus inicios, la Orquesta de Córdoba ha apostado por contribuir a la formación de las siguientes generaciones de músicos. Así, durante varios años, la orquesta les ha acompañado preparando conciertos que han protagonizado sus mejores alumnos en calidad de solistas, lo que ha ofrecido tanto a solistas como a todos los alumnos la oportunidad de vivir desde dentro la orquesta.

Esta temporada 2020-2021, adaptándose a la situación actual, la Orquesta de Córdoba, en colaboración con el Conservatorio Profesional de Música Músico Ziryab y el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco, ha puesto en marcha un proyecto de colaboración docente que también aporte la experiencia y las vivencias de los músicos de la orquesta a sus estudiantes.

De este modo, la formación musical y conservatorios han organizado una serie de talleres y master class de cámara y orquesta. Así, el Conservatorio Profesional Músico Ziryab prepara talleres de cámara entre el 19 y el 23 de abril. La programación incluye un concierto ilustrado para los alumnos del centro con disección de la Sinfonía N°1 Clásica, de Serguei Prokofiev, con explicaciones de las técnicas de composición, el lenguaje empleado, la forma, la instrumentación y orquestación e intercambio de impresiones.

También habrá trabajo en grupos de cámara en forma de talleres impartidos por los profesores de la Orquesta de Córdoba y el director titular de la misma, y trabajo de las tres agrupaciones orquestales y de las dos bandas del Conservatorio Profesional con el director de la orquesta y con dos profesores especializados en el trabajo con Banda y con Orquesta Juvenil.

Por su parte, el Conservatorio Superior Rafael Orozco prepara talleres de orquesta del 17 al 21 de mayo, entre los que se incluyen trabajo en ensayos de la Orquesta del Conservatorio Superior con el director titular de la Orquesta de Córdoba, ensayos parciales de grupos orquestales con los profesores solistas de la formación musical y una charla-coloquio del director titular de la Orquesta sobre las obras trabajadas con los alumnos de la formación y alumnos invitados del centro.

Los profesores de la Orquesta de Córdoba y su director titular y artístico, Carlos Domínguez-Nieto, dedicarán a cada conservatorio una semana integra para trasmitir a los alumnos su experiencia de trabajo en una orquesta profesional y apoyarles y orientarles adecuadamente la carrera musical en sus primeros años. Estas actividades estarán enfocadas exclusivamente a estudiantes de cada conservatorio.

Este pasado lunes se han iniciado los Talleres de Clásica con un concierto didáctico de la Orquesta de Córdoba dirigida por Domínguez-Nieto, en el CPM Músico Ziryab sobre la Sinfonía Clásica Op. 25, de Prokofiev. La actividad ha estado destinada al alumnado del departamento de Fundamentos de Composición con el objetivo de ilustrar las corrientes neoclásicas que aparecieron en el siglo XX y que afectaron a parámetros del lenguaje compositivo tales como armonía, melodía, ritmo, timbre, textura y estructuras formales.

El trabajo final del alumnado se ha reflejado en la realización de un grafiti en forma de dragón que contiene la partitura de la sinfonía, plasmando en los cambios de color la armonía a lo largo de la partitura y destacando los aspectos formales más relevantes del primer movimiento y todo, bajo la idea de representar la música como un viaje fantástico, como una criatura extraordinaria, tan viva, resplandeciente e iluminadora como lo es esta sinfonía de Prokofiev.