Marvin Hamlisch, tal como éramos
El compositor, recientemente fallecido, firmó algunas de las mejores canciones y bandas sonoras del Nuevo Hollywood
El pasado 6 de agosto fallecía en su Nueva York natal Marvin Hamlisch (1944-2012) y con él desaparecía también uno de los últimos vestigios en activo, últimamente dedicado a la difusión y a la dirección de orquesta en la mejor tradición norteamericana de las Symphony Pops, de una forma de entender la música para el cine y el espectáculo popular bajo el manto protector de la nostalgia por las esencias de su edad dorada.
El anecdotario ha querido que Hamlisch pase a la Historia del cine por ser el único compositor en conseguir tres Oscar en una misma edición (1973), dos por el score dramático y la emocionante canción principal de The way we were (Tal como éramos), con letra de Marilyn y Alan Bergman e interpretada por Barbra Streisand, y un tercero por sus propias composiciones y adaptaciones de los ragtime de Scott Joplin para la no menos popular cinta de George Roy Hill El golpe, protagonizada por Robert Redford y Paul Newman.
Sin embargo, su contribución al cine norteamericano de las décadas de los setenta y ochenta, su periodo más activo en la industria, se expande también a otros títulos que marcaban la transición del viejo y pesado sonido sinfónico hollywoodiense hacia terrenos más ligeros y sofisticados contaminados por el jazz y el pop de su tiempo. Su banda sonora para El nadador (1968), su primer filme, insuflaba ya nuevos aires europeos a un cine que se abría poco a poco a la modernidad no sólo en los temas, tratamientos y estéticas, sino también en sus modelos de acompañamiento musical (song-oriented score), inclinados a la sinergia con la industria del disco y la necesidad de entrar en los charts, para los que Hamlisch dejó más de un número uno a lo largo de su carrera en las voces de Carly Simon, Aretha Franklin o la Streisand.
Junto a El nadador, Hamlisch firmó más de cuarenta bandas sonoras, entre ellas las de Toma el dinero y corre (1969) y Bananas (1971), de Woody Allen, Salvad al tigre (1973), el Bond La espía que me amó (1977), para el que compuso el hit Nobody does it better, El próximo año a la misma hora (1978), de Robert Mulligan, Gente corriente (1980), de Robert Redford, para la que realizó los arreglos y adaptaciones del repertorio clásico, La decisión de Sophie (1982), de Alan J. Pakula, uno de sus trabajos más inspirados y recordados, por el que también obtuvo una candidatura al Oscar, Shirley Valentine (1989), Frankie y Johnny (1991), El espejo tiene dos caras (1996), su reencuentro con Barbra Streisand, y, ya en fechas muy recientes, ¡El soplón! (2009), la cinta de aire retro de Steven Soderbergh que lo devolvía al cine después de más de una década y en la que, en cierto modo, se homenajeaba a él mismo.
Quintaesencia del músico profesional, Hamlisch estudió composición y piano ("iba para el nuevo Horowitz", apuntó en una ocasión su esposa) en la prestigiosa Julliard School of Music para aplicar sus conocimientos y su talento al terreno de la interpretación, los arreglos, la composición y la dirección musical dentro del mundo del espectáculo, como digno heredero contemporáneo junto a Henry Mancini, Stephen Sondheim o Burt Bacharach de la tradición de los grandes songwriters norteamericanos de la época del Tin Pan Alley en un periodo de transición en el que las formas y modos de rock y el pop irrumpían con fuerza regeneradora también en el cine y el teatro.
Fue junto a Barbra Streisand, con quien empezó a trabajar como sideman con apenas 19 años, con quien Hamlisch estableció su colaboración más fecunda y exitosa, que culminó con la gira internacional de 1994 que le reportaría dos de sus cuatro premios Emmy, a los que hay que sumar también 2 Tony, 4 Grammy, 2 Globos de Oro y un Pulizter en 1975.
Pero Hamlisch fue también, y sobre todo, un hombre de los escenarios. A Chorus line, estrenada en Broadway en 1975 y llevada al cine en 1985, fue su gran éxito indiscutible, plagado de canciones memorables (I Hope I get it, One o What I did for love), "la mejor y más grande historia sobre el show business de nuestro tiempo" en palabras de Alan y Marilyn Bergman, y tuvo más de 6.000 representaciones, récord de su tiempo hasta la llegada de Cats. Otros montajes teatrales con su dirección musical y canciones fueron They're Playing Our Song, Jean Seberg (1983), Smile (1986), The Goodbye Girl (1993), Sweet Smell of Success (2002), Imaginary Friends (2002) o The Nutty Professor, adaptación del filme de Jerry Lewis que se estrenó en Nashville el pasado mes de julio.
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