Los Pedroches

María José Llergo emociona y se emociona en su concierto más especial en Pozoblanco

Un momento del concierto de María José Llergo en Pozoblanco.

Un momento del concierto de María José Llergo en Pozoblanco. / Sánchez Ruiz

“Yo no quiero cantar fuera si no puedo volver a cantar a mi pueblo (Pozoblanco)”. Así de sincera se mostró ayer María José Llergo en el que fue el concierto más especial de su gira, sobre las tablas del Slow Music Pozoblanco, en el que presentó su disco Sanación, ante un público que le ha seguido desde sus inicios y en el que se encontraban sus “personas favoritas del mundo, mis abuelos y mis padres”.

María José Llergo está llevando su música, sus letras y su gran voz por escenarios de toda España, llegando incluso a Lisboa (Portugal) y próximamente a Noruega, pero en la noche del viernes, su declaración de intenciones fue clara, ella quiere cantar a su pueblo, a su tierra, a Los Pedroches, a la gente que le sigue desde sus inicios, a la que le desea buena suerte de camino al concierto, a su padres y en especial, a sus abuelos, que anoche, por fin, la vieron sobre el escenario demostrar el talento que ha estado cultivando y afinando desde que era pequeña.

Acompañada a la guitarra de Paco Soto, María José Llergo inicio el concierto con Canción de las cosas simples y Canción de los soldados, antes de continuar con sus propias letras, las de su disco Sanación.

Fiel a su historia, a su nacimiento como artista, comenzó con Niña de las dunas, dedicándola a las mujeres de su vida, haciéndose acompañar en el micrófono por la voz infantil de Laura, como quien recuerda aquellos cantos que compartió en el campo con su abuelo Pepe, quien le hizo amar la música y el cante, protagonista indiscutible de la noche mágica que envolvió a la cantaora pozoalbense.

“Siento que hoy estoy estrenando mi disco, porque no tiene sentido hasta que no os lo presento a vosotros, mi pueblo, y con vosotros quiero compartir mi éxito”. Y varias veces se emocionó María José Llergo sobre el escenario, sin esconder sus lágrimas y lo que estaba sintiendo a cada momento.

Compartió con todos su denuncia social ante el cementerio salado con Nana del Mediterráneo, siguió con El hombre de las mil lunas o Soy como el oro, pero fue tras Tu piel cuando ya no pudo contener la emoción y pidió permiso a su público para bajar del escenario a abrazar a sus abuelos, quien le dieron la fuerza para continuar. Y tras este gesto que demostraba la humildad y agradecimiento de una artista que arranca su carrera internacional, fue cuando quiso compartir con todos la voz de su abuelo cantando un fandango “de donde procede todo lo que soy”.

María José Llergo ofreció a Pozoblanco todo lo que es ella, su música, sus letras y su estilo flamenco tan personal que la definen. No quería bajarse del escenario, quería seguir ofreciéndose a su público, por eso, quiso regalarles un fragmento a capela de su último estreno musical Que tú me quieras, demostrando una vez más el don de su gran voz. Y se despidió con su versión de Lola Flores de Ay pena, penita, pena, deseando volver a reencontrarse con su público pozoalbense.

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