El icono del WhastApp de Luis Alberto de Cuenca luce al Guerrero del Antifaz como una abierta declaración de intenciones, sin complejos, por parte de un filólogo, ensayista y poeta que ha dedicado al tebeo, su primera y perenne pasión, su última antología poética. El título de esta selección, Qué haría yo sin mis tebeos (Fundación Jorge Guilén), reafirma esa querencia al prescindir de los signos de interrogación propios de una pregunta retórica, para reforzar ese desmedido amor por el cómic, "la primera pasión que incorporé a mi biografía", explicó.

Reflejo de su vida y de sus obsesiones, como apunta en la breve introducción del poemario, el tebeo "tenía que aparecer en mi poesía", que ha rastreado desde su inicial Elsinore (1972) hasta Cuaderno de vacaciones (2014), más de cuatro décadas, para trenzar una antología que el propio autor anota al final de cada composición.

El colofón lleva la fecha del 29 de diciembre de 2017, la de su último cumpleaños, como si este filólogo, traductor, ensayista columnista y editor quisiera evocar los regalos que los niños recibían en momentos tan especiales. Por las páginas desfilan superhéroes, heroínas y personajes del imaginario norteamericano como The Panthom, El Guerrero del Antifaz y Conan El Bárbaro, pero también sus réplicas carpetovetónicas con el Capitán Trueno y Roberto Alcázar y Pedrín.