Cultura
  • El periodista y escritor cordobés publica su primera novela, 'Cuadernos de Tinder', una obra que él mismo define como "una tragicomedia contemporánea"

Alfredo Asensi: "Todas las formas de desencanto están en aplicaciones de citas como Tinder"

Alfredo Asensi posa con su novela en la plaza de las Tendillas. Alfredo Asensi posa con su novela en la plaza de las Tendillas.

Alfredo Asensi posa con su novela en la plaza de las Tendillas. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

El desencanto, el humor, el lirismo y el sexo se dan cita en Cuadernos de Tinder, la primera novela del periodista y escritor cordobés Alfredo Asensi. Su protagonista es un hombre solitario y misántropo que se abre un perfil en la célebre aplicación de citas en busca de relaciones con mujeres. Pero también es un escritor en busca de personajes y argumentos para una novela, por lo que la obra (una "tragicomedia contemporánea", en palabras del propio autor) tiene una naturaleza de juego metaliterario.

"El proyecto de la novela surge en el confinamiento; en el confinamiento me abrí un perfil en Tinder y me dediqué a conocer esta realidad de las aplicaciones de citas, una realidad que yo desconocía. Con el paso de los días me empezaron a sorprender y a interesar algunas cuestiones, como por ejemplo, más allá de lo que son los mecanismos y los códigos de la aplicación, me interesó constatar que todas las formas del desencanto están en aplicaciones como Tinder", confiesa el autor. Asensi destaca que esa constatación trajo consigo que decidiera aprovecharla en términos literarios, que se decantara por plasmarla en una novela.

"Desde primera hora sentí, más por intuición y por instinto que por cálculo, que la novela tenía que ser un ejercicio de escritura sin red, a tumba abierta, de escritura en carne viva, sin método y sin mucha arquitectura", confiesa.

A lo largo de varios meses el protagonista de la obra va escribiendo a modo de diario en sus cuadernos sus encuentros y desencuentros con las mujeres de Tinder en distintos espacios de la ciudad de Córdoba, que con sus barrios, calles, plazas y bares representa un papel fundamental en la novela.

Como destaca el propio Asensi, el personaje principal de la novela "entiende la vida en términos de lectura y escritura y tiene una  gran tendencia a fabular sobre las vidas ajenas y la propia, por lo que Tinder le sirve de estímulo para la escritura y suministro de personajes y motivos", explica. "En lo que escribe se mezclan la experiencia y la invención, lo vivido y lo imaginado, en una estrategia en la que es difícil separar la realidad de la ficción y que, de hecho, revela que hay ficciones más verosímiles que la realidad", añade.

El protagonista -explica- un hombre que tiene dificultades para lograr relaciones afectivas estables y que encuentra en Tinder la posibilidad de conocer en poco tiempo a mujeres muy distintas y cercanas geográficamente con las que vive o imagina experiencias diversas. "La novela -relata Asensi- intenta captar una cierta temperatura emocional de época, pero con un enfoque no sociológico ni científico ni ensayístico, sino puramente literario".

En su tendencia a escribir sobre cualquier cosa, el protagonista da cabida en sus cuadernos a diversos géneros y registros, de la descripción costumbrista a la evocación biográfica. La literatura, la pintura, la música y el cine, así como el sexo y el alcohol, se filtran entre las páginas como elementos fundamentales, en términos compensatorios, para un personaje marcado por la soledad y el escepticismo.

"Es un observador, un literaturizador obsesivo, un buscador incesante de motivos de elevación", señala el autor, "y también un ser contradictorio, inestable, complejo, tan próximo a la delicadeza como a la amoralidad".

La novela le llevó a Asensi tres meses de trabajo. "Es una novela que juega mucho con el contraste, va sobre la soledad, sobre el desencanto, sobre la falta de referentes, pero también va sobre la búsqueda de plenitudes cotidianas, de motivos de elevación a través de las artes, de la música, del sexo, del alcohol. En la novela hay mucho desencanto y mucha soledad, pero también hay mucho humor e incorrección", apunta. El autor defiende que su novela no es para personas sensibles ni para aquellas "que sigan creyendo en el amor y en la pareja".

Alfredo Asensia hojea su novela. Alfredo Asensia hojea su novela.

Alfredo Asensia hojea su novela. / Miguel Ángel Salas

Sobre lo que pueda tener de autobiográfica la obra, Asensi explica que hay algunas correspondencias entre el personaje y el autor, "pero el personaje es autónomo, él tiene su manera de pensar, su manera de ser y su manera de actuar; el autor no está de acuerdo con todo lo que el personaje hace, ni mucho menos". Entre esas correspondencias, el autor destaca, por ejemplo, la de la falta de convicciones ideológicas, políticas o religiosas. "Las únicas convicciones que tenemos en común el personaje y yo son estéticas; y a veces ni siquiera eso. Compartimos un filtro escéptico a la hora de relacionarnos con el mundo y un filtro también irónico", añade.

La novela se desenvuelve en el ámbito que el autor empezó a redescubrir en los meses más duros de la pandemia, en la ciudad de Córdoba. "Yo, por circunstancias, ya casi no salía de mi barrio y en febrero de 2021 me lancé a la ciudad y volví a barrios a los que llevaba mucho tiempo sin ir, lo que se refleja claramente en la novela", incide. "La novela la sitúo en Córdoba porque es la ciudad que mejor conozco, no es ni demasiado grande ni demasiado pequeña, y entendí que la ciudad debía de ser importante en la obra, porque el protagonista es una especie de flâneur, de paseante por la ciudad, al que le gusta mucho leer y escribir en bares, donde queda con ellas; yo necesitaba un espacio geográfico que fuera reconocible y lo más cómodo era ambientar la novela en Córdoba", sostiene. "En esta novela, Córdoba no es solo para el personaje un espacio físico, sino también una construcción mental, algo que se puede ver en la manera en la que él se mueve por los barrios", añade.

Asensi defiende que para él la escritura de la novela "ha sido una especie de liberación; en general, toda la creación artística es una liberación. Se diferencia mucho tanto en arquitectura como en técnica de otras cosas que yo he escrito; la novela está escrita según lo que surgiera cada día, nada era premeditado, me dejaba llevar", anota. "Y el tema principal de la novela no es Tinder, Tinder es una excusa; el tema principal es la posibilidad de vivir una vida en términos literarios, de vivir leyendo y escribiendo el mundo cada día", relata.

El periodista y escritor destaca que hay muchos autores que escriben "desde la felicidad y yo creo que hay que escribir también desde la fractura y desde la carencia; este tipo de autores suelen producir obras más interesantes y literarias", defiende quien con Cuadernos de Tinder ha querido de alguna forma recuperar "ese sentido decimonónico que está muy relacionado con Baudelaire; hay dos conceptos de Baudelaire que están muy presentes en la novela, el concepto del flâneur, del paseante por la ciudad que va leyendo la ciudad y escribiéndola, y el concepto del spleen, una especie de melancolía que nace del tedio de vivir pero que no rehuye el elemento luminoso". 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios