El Gran Teatro rinde homenaje a Verdi con una 'Traviata' de posguerra

Una caja de cristal, una mujer que quiere ser libre frente a una sociedad que se lo impide, España, finales de los 40, una historia de amor y muerte, trágica y eterna. La ópera regresa al Gran Teatro con La Traviata, uno de los grandes títulos del género y de Giuseppe Verdi, de cuyo nacimiento se cumplen 200 años en 2013. Una Traviata muy española y muy cordobesa, con un reparto encabezado por Carmen Romeu, José Luis Sola, José Antonio López y Cristina Guerbós y completado por artistas locales como María Jesús Robles, Pablo García-López, Francisco Santiago y Domingo Ramos.

Una caja de cristal que se convierte en cárcel, salón de espejos o escaparate y que representa el mundo interior de la protagonista, Violetta, según indicó ayer en la presentación de La Traviata su directora de escena, Susana Gómez, que apuntó que, si bien esta versión "no es especialmente rompedora", sí contiene algunos elementos escénicos y argumentales que le otorgan singularidad. En esa caja "transcurre toda la trama presentada por Verdi -trasladada a otro tiempo y otro país-, y en ella se acentúa la tragedia que denuncia el compositor: la de la sociedad que condena a una mujer generosa y libre sólo por el hecho de serlo". El libreto es de Francesco Maria Piave.

El espectáculo, para el que no quedan entradas y que celebrará dos funciones (mañana a las 21:00 y el domingo a las 20:00), es una coproducción entre el Gran Teatro de Córdoba, el Festival de San Lorenzo de El Escorial, la Ópera de Oviedo, la Fundación Baluarte y la Quincena Musical de San Sebastián. Es la segunda Traviata de este siglo en Córdoba (la anterior, en 2001) y representa una reivindicación de la cantera lírica española, que incluye, según Gómez, a multitud de artistas de "altísimo nivel" que están "al mismo nivel de las estrellas extranjeras", en muchos casos "jóvenes pero con mucha experiencia" a los que "ahora se empieza a reconocer".

Un efecto positivo de la crisis ha sido el refuerzo en este tipo de iniciativas de la apuesta por el producto nacional, subrayó Lorenzo Ramos, director musical de una producción estrenada el pasado julio en San Lorenzo de El Escorial. El responsable titular de la Orquesta de Córdoba celebró que el Gran Teatro recupere la lírica dos años después de la última representación, el díptico La voz humana/El secreto de Susana, en el que curiosamente él también fue el director musical. La Traviata cuenta asimismo con la participación del Coro de Ópera Cajasur y la Banda de Alumnos del Conservatorio Superior Rafael Orozco, dirigidos por Irene Rodríguez Trujillo y Miguel Romero Sirvent.

Una Traviata que supone un reto profesional para la soprano valenciana Carmen Romeu, ya que es la primera vez que interpreta a Violetta Valéry, "un personaje difícil psicológicamente, lleno de pensamientos diversos" y que aquí se beneficia de "la exigencia actoral" de Susana Gómez, "que hace crecer a un cantante".

Otros dos aspectos destacables de la función, según Ramos, son "el vestuario, muy plástico y colorido", y "los momentos oníricos" que crea Gómez para subrayar los conflictos psicológicos de los personajes, "muy impactantes y que parecen escenas cinematográficas de Buñuel, Hitchcock o Amenábar".

La presentación de La Traviata contó con la presencia del alcalde, José Antonio Nieto, que quiso subrayar el regreso de la ópera al Gran Teatro después de dos años en los que por cuestiones económicas no ha sido posible programar títulos de este género. Nieto espera que, ahora que "ha pasado lo peor", se haga "de forma ininterrumpida", siempre de acuerdo a criterios de "calidad". Elogió el trabajo del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE), que "con el mismo presupuesto está programando más actividades y de mayor calidad".

Macbeth y la zarzuela La tabernera del puerto, en 2014, completarán la temporada lírica en el Gran Teatro.