González Viñas analiza la pureza en el toreo de José Tomás en un libro
'José Tomás. De lo espiritual en el arte' muestra la influencia del diestro en el mundo de la tauromaquia y las pautas que sigue y que ha marcado en este arte
Una figura sobresale en el arte del toreo en los últimos años por su carácter en los ruedos y la participación que adquiere el público en cada una de sus corridas. El diestro José Tomás ha logrado atraer hacia la tauromaquia a personas que antes no eran aficionados ni se interesaban por el toreo. Fernando González Viñas, colaborador de El Día, lo ha retratado en su libro José Tomás. De lo espiritual en el arte (Berenice) -que presenta esta tarde a las 20:30 en la sede de Vimcorsa- por ser su toreo un arte que "trasciende los límites de la tauromaquia".
González Viñas asegura que ha elegido esta figura "por su influencia en lo social" por el debate que supuso su reaparición en la plaza de toros de Barcelona rodeado de un clima antitaurino ligado al movimiento nacionalista catalán; "por su trayectoria y su grado de compromiso" y, sobre todo, por "cómo ha permitido al público ser protagonista" en sus corridas. "Hay comunión con el público", añade.
Dentro de la tauromaquia José Tomás representa a alguien que está devolviendo la emoción a los ruedos. "La historia lo dirá, pero posiblemente será uno de los personajes más importantes de la tauromaquia". El diestro aparece como una figura diferente en el mundo del toro, "está alejado del mundo mediático", no se deja televisar en las corridas porque considera que de esta forma al torero no se le da la dimensión que merece y ni siquiera aparece ante los medios taurinos.
"Los toros son un acontecimiento y un acontecimiento no puede ocurrir todos los días", como sucede en la retransmisión de las corridas, expresa González Viñas. El toreo de José Tomás es una mezcla entre el toreo clásico de Antonio Ordóñez y Paco Camino y el tradicional de Manolete, acercándose mucho al animal. "Ha toreado según los cánones clásicos con un tinte manoletista", resume González Viñas. Manolete tiene un significado para José Tomás que va más allá de su manera de torear, ya que lo que más admira es el compromiso del torero cordobés con la tauromaquia, "especialmente el compromiso del torero con la muerte y con la dignidad de estar allí en el ruedo".
El público lo adora porque "te hace participar de lo que está haciendo". De esta forma, el público sale maravillado de la plaza. Su toreo es espectacular, hace vibrar a los aficionados: "Ir a ver a José Tomás es como tirarse de las Cataratas del Niágara". La cercana posición del torero respecto a los cuernos del toro es uno de los alicientes de sus corridas, sin dar un paso atrás aunque el animal desvíe su trayectoria. Está marcando estilo en una nueva generación de toreros como Castella o Talavante. Desde el mundo taurino más "rancio" no aceptan que sea reservado y esté apoyado por intelectuales, pero lo que tiene "se lo ha ganado cuando nadie lo seguía".
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