García del Junco revisa en un libro la historia de la Torre de la Malmuerta

García del Junco revisa en un libro la historia de la Torre de la Malmuerta
García del Junco revisa en un libro la historia de la Torre de la Malmuerta

La Torre de la Malmuerta es uno de los monumentos de la Baja Edad Media mejor conservados y más ignorados de Córdoba. Durante el siglo XIX los viajeros románticos se interesaron, casi exclusivamente, por la Mezquita, atraídos por su romanticismo morisco, y la abandonada torre apenas despertaba interés. Un trabajo que la editorial Almuzara presenta de la mano de Francisco García del Junco, profesor de la Universidad de Córdoba, titulado La Torre de la Malmuerta de Córdoba, pretende atenuar, en la medida de lo posible, la carencia de investigaciones sobre este monumento, uno de los mas desconocidos del rico patrimonio artístico de Córdoba.

A pesar del desconocimiento popular que existe sobre este edificio de carácter militar, según el historiador la torre es uno de los casos en los que se puede fechar con toda precisión el inicio de su construcción, debido a la conservación de documentos epigráficos y paleográficos de la época. El documento más importante para datarla es una lápida de piedra que contiene un texto en el que se detalla el rey que la mandó construir, Enrique III, y la duración de las obras (1406-1408).

La Torre de la Malmuerta está situada en los límites del Campo de la Merced, entre las antiguas puertas del Colodro y el Rincón. Era la continuación de una muralla que, desde la época musulmana, dividía la ciudad en dos zonas bien diferenciadas: la Ajerquía y la Medina. Su emplazamiento le permitía la defensa de las dos puertas citadas y la vigilancia del acceso a la ciudad que discurría por la actual carretera del Brillante, antigua vía romana.

El autor del libro afirma, sobre el nombre tan sugerente con el que se domina a la torre, que nada se sabe con seguridad. La leyenda popular lo atribuye a un marido que mató a su mujer por celos injustificados. "Se podría admitir que quizás un nombre tan alusivo pudiera tener en su origen algún hecho criminal, pero esto es sólo una posibilidad", sugiere.

Aunque hoy solo es conocida con el nombre de Torre de la Malmuerta, no siempre se la denominó de esa manera. Según el estudio de investigación del profesor García del Junco, hace siglos era conocida también como Torre de la Encantada, para más tarde bautizarla -en 1775- como Torre del Milagro, por haber resistido al terremoto que tuvo lugar ese año en Lisboa, que tantos monumentos destruyó.

Que la Torre de la Malmuerta haya llegado hasta nuestros días sin ser derribada se debe al azar, ya que según el experto "nunca hubo un plan concreto -hasta tiempos recientes- para salvarla de la piqueta, ni ningún interés por parte del municipio". La torre cumplió su cometido, que era el de vigilar la ciudad y los accesos, y como comenta García del Junco en el libro, "era una más de las muchas que formaban el sistema defensivo de la población".

La obra recoge, igualmente, las numerosas leyendas que se han gestado en torno a esta enigmática torre, la mayoría recogidas de los testimonios de los viajeros románticos. Además de la ya citada del marido celoso que da nombre, según la leyenda popular, a la torre, figura, entre otras, la del duelo por amor que mantuvieron al pie de ésta Luis de Góngora y Argote y Rodrigo de Vargas.

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