El Festival de Cine Africano de Tarifa se traslada a Córdoba

El Festival de Cine Africano de Tarifa, que hasta el momento suma ocho ediciones, cambia de sede y se celebrará a partir de ahora en Córdoba. Un traslado que responde a razones de operatividad y búsqueda de nuevas vías de financiación, según informó la directora del certamen, Mane Cisneros, a los patrocinadores. El próximo lunes, Cisneros y el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, darán a conocer en una rueda de prensa los detalles de esta operación.

El festival se ha consolidado como uno de los principales foros para el análisis del cine africano contemporáneo y se caracteriza por reunir las producciones más relevantes de este continente.

La asociación Al-Tarab, nacida para el desarrollo y la difusión de la cultura africana y responsable de la organización del festival, envió a través de su responsable, Mane Cisneros, el pasado 2 de diciembre una carta a los patrocinadores en la que se les informa del inminente traslado de la que será la novena edición a Córdoba. En este mismo comunicado se señala que el festival cambia sus fechas de celebración y pasa de los meses previos a la época estival al mes de octubre.

Cisneros declinó confirmar la noticia a este periódico y remitió a la información que al respecto de este acontecimiento se ofrecerá el lunes en Córdoba. En el último convenio con el Ayuntamiento de Tarifa, la directora destacaba que este certamen "no es sólo un medio de difusión de arte y cultura, sino una herramienta útil en la cooperación internacional". Cisneros subrayó entonces que por todos los países por los que viaja como responsable del festival éste es conocido como "el festival de Tarifa, uniendo irremediablemente el nombre de la localidad a un símbolo de construcción de un puente entre países a través de la cultura".

La noticia no ha sido bien recibida en Tarifa, que durante ocho años ha sido cuna de un evento cinéfilo sin parangón en todo el territorio nacional y que ve cómo Al-Tarab recoge su "alfombra negra" del escenario local. Esa que cada primavera extendía por diversos puntos de la localidad, creando salas de cines en espacios cuando menos curioso como el Mercado de Abastos, la biblioteca Mercedes Gaibrois, la Casa de la Cultura, el salón de actos del colegio Guzmán, el Teatro del Liceo o el castillo de Guzmán el Bueno.

El anuncio tiene además un componente de sorpresa porque el pasado mes de abril, coincidiendo con la finalización del anterior mandato municipal, se firmó un convenio con carácter bianual que garantizaba la celebración de las ediciones octava y novena en la localidad española más próxima al continente africano (si bien es cierto que este acuerdo estaba exento de aportación económica y era en esencia una declaración de intenciones y disponibilidad de recursos municipales).

Desde el punto de vista cordobés, por el contrario, supone un enriquecimiento y la adquisición de un bien cultural del que la ciudad carecía hasta ahora: un festival de cine de un nivel notable. Que, además, es un puente de unión entre culturas alejadas, dispares y convergentes, una circunstancia que enlaza con lo que se conoce como el paradigma de Córdoba.

Javier Mohedano antiguo edil de Cultura de Tarifa y uno de los artífices de la estrecha colaboración entre el festival y el Consistorio, lamentó ayer "profundamente" el traslado a otro escenario. Sin querer entrar en valoraciones de causas, Mohedano señaló que "perder el máximo exponente cultural de Tarifa, de esas características y dimensión, ya cuajado tras ocho años de intensa actividad, es algo que tenemos que lamentar sobre todo en los aspectos cultural, educativo y económico".