Fallece a los 65 años el escritor y periodista José-Miguel Ullán
Un cáncer acaba con la vida del salmantino, autor de numerosos poemarios y de libros de artículos y ensayos · 'Ondulaciones' recoge toda su obra poética
El poeta y periodista salmantino José-Miguel Ullán falleció el pasado sábado en Madrid a los 65 años, según informaron fuentes de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Ullán padecía un cáncer desde hace tiempo.
Ullán nació en Villarino de los Aires (Salamanca) el 30 de octubre de 1944 y, tras el bachillerato, se trasladó en 1959 a Madrid, donde inició estudios de Ciencias Políticas, Ciencias Sociales y Filosofía. En 1966 se exilió en París, donde siguió cursos en la École Pratique des Hautes Études con Pierre Vilar, Roland Barthes y Lucien Goldmann. Trabajó en la ORTF, donde dirigió las emisiones en castellano de France Culture.
A su regreso a Madrid, en 1976, se incorporó a Ediciones Rayuela y desarrolló una intensa actividad en medios como El País, Radio Nacional o Televisión Española. También fue subdirector de Diario 16 y fundó el suplemento Culturas.
"Su trayectoria periodística está marcada por el sello de la singularidad, por un efecto de profundidad y dilatación en el que caben la ligereza, el humor y la ironía: el programa televisivo Tatuaje o la recopilación de columnas de El País en el libro Como lo oyes (Articulaciones) serían buen ejemplo de ello", destacaron las mismas fuentes. Ullán es coautor de libros con diversos artistas "y notable conocedor del arte contemporáneo", lo que le llevó a organizar "numerosas exposiciones" y a escribir un ensayo titulado Tàpies, ostinato.
Entre sus títulos poéticos figuran El jornal, con epílogo de Carlos Lerena (1965), Amor peninsular (1965), Un humano poder (1966), Antología salvaje, con prólogo de José Ángel Valente (1970), Cierra los ojos y abre la boca (1970), Mortaja (1970), Maniluvios (1972), Frases (1975), Razón de nadie (1994) y Tardes de lluvia/Animales impuros, con ilustraciones de Vicente Rojo y José Luis Cuevas (1995). Ondulaciones recoge toda su poesía entre 1968 y 2007.
"La escritura de José-Miguel Ullán, bien lejos del mito de lo inefable, presenta al poeta frente a un mundo saturado de lenguaje en el que sólo le cabe abrir una pausa, aislar un punto en la cadena interminable de palabras", señalan desde Galaxia Gutenberg, antes de considerar que su "aguda sensibilidad lingüística" y su "peculiar densidad sensorial" componen "un espacio táctil y oscuro, de insólitas intensidades y resonancias".
De Ullán, "figura irrepetible de la cultura española contemporánea", María Zambrano decía que era "eso tan raro hoy que se llama cantor, un ser viviente entre tanto simulacro de vida"; un cantor con voz "personal y rigurosa", en opinión de Octavio Paz, quien aclaró que se refería "no solamente a la poesía de España sino a la poesía de todo el orbe hispánico".
"Acaso no haya palabra nuestra, de bastante tiempo a esta parte, que haya brotado como ésta brota --en verso y en prosa- de tan admirable don de lenguaje", destacó José Ángel Valente, mientras que Julio Cortázar afirmó que en un contexto "en el que suelen hacerse sentir demasiado las influencias y las corrientes a la moda", la poesía de Ullán "se aparta resueltamente de lo trillado"
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