Entrevista

Salvador Blanco Luque: "Busco un lector activo, que se lleve el texto a su terreno"

  • El escritor cordobés publica el libro de relatos 'Cuando la humedad nos atraviesa' que incluye escritos realizados durante el confinamiento

El escritor cordobés Salvador Blanco Luque con un ejemplar de 'Cuando la humedad nos atraviesa'.

El escritor cordobés Salvador Blanco Luque con un ejemplar de 'Cuando la humedad nos atraviesa'. / Juan Ayala

El escritor cordobés Salvador Blanco Luque ha publicado recientemente el libro de relatos cortos Cuando la humedad nos atraviesa, a través de Ediciones en Huida. Se trata de la última publicación de un autor que pasó por la Fundación Antonio Gala en 2009 y que hasta la fecha ha editado el libro de relatos Hábitat y el poemario La ideología de los puentes. Parte de los relatos que componen el libro que ha presentado en los últimos meses se pueden encontrar en su blog y fueron escritos durante el confinamiento.

¿De dónde surge Cuando la humedad nos atraviesa?

Surge de dos momentos creativos diferentes. El primero discurre aproximadamente hace dos años o dos años y medio, con el impulso que tiene cualquier escritor a la hora de crear. En mi caso es la palabra humedad, su idea, rondar alrededor de ella y crear otro sentido… ese para mí es el primer paso. El segundo viene con la pandemia. después de haber dejado reposar el libro, que ya tenía este nombre, la forma y el género del microrrelato. En los primeros días de confinamiento me emocionó ver el trabajo de los sanitarios con gente que no conocía de nada, a expensas de su salud y la de sus seres queridos. Me nació un sentimiento de querer aportar y de agradecimiento, rescaté el libro y decidí publicar cada día, y llegué a 42. Seguí escribiendo, sin publicar, para darle la forma que tiene hoy.

El libro está dedicado, entre otros, a la Sanidad pública y a quienes la forman.

Sí, porque aquello me estremeció por mi experiencia personal. Hace dos años me diagnosticaron, de manera inesperada, un cáncer incurable y me operaron de urgencia. Fue complicado. Me sentí muy cuidado por personas que no sé ni cómo se llaman, solo tengo sus rostros. Quería agradecerles que me hubiesen cuidado a mí y que ahora estuviesen cuidando de tanta gente.

¿Por qué la humedad? ¿Cómo trabajas el concepto en los relatos?

Lo he hecho de una manera muy consciente y también de una manera muy inconsciente. Es una palabra que me gustaba mucho, quiero darle otro significado: ese algo invisible que nos rodea y no percibimos, como el amor, la envidia, una enfermedad o el virus; está y nos transforma, pero no lo vemos. Luego hay experiencias personales, que vi después, y que la incluyen de forma explícita e implícita. 

¿A qué se debe la distribución del libro bajo enunciados como “En mitad de una catástrofe”, “En el cine”, “En otros mundos” …?

Los distribuí así para crear un rostro deforme de la humedad, con extremidades como las relaciones sociales, la sierra, la ciudad… todas ellas forman el universo de esa palabra.

Los relatos tocan varias voces, algunos incluso desde el punto de vista de los niños, ¿era algo que te planteabas antes del libro o ha surgido en cada relato?

En Hábitat, mi primer gran trabajo como escritor, sí era más consciente de trabajar ciertas cosas, porque para mí es importante crear la mejor voz para contar lo que quieres contar. Sigo intentando buscar un equilibrio para contar el conflicto. Me interesa mucho cambiar de narrador por la curiosidad, me apasiona la distancia narrativa.

¿Tienes algún relato preferido o al que guardes especial cariño?

Sí, sobre todo por lo que representan, porque forman parte de mi vida y uso experiencias personales y voces de conocidos. El primero y el último, por ejemplo, no están puestos así de casualidad, son muy importantes para mí. Lo que sí tengo claro es que mi experiencia no es lo importante, lo relevante es lo que quiero conseguir con el texto, pero ambos son muy importantes para mí por mi situación personal y lo que significan.

¿Cómo te ayuda la literatura, como escritor y lector, en estos días?

Para mí, y no solo en esta pandemia, la literatura me ha hecho mejor persona, me ha dado color a la existencia y lo es todo. Cien años de soledad es una de mis grandes lectura y Gabriel García Márquez uno de mis grandes maestros, por ejemplo.

¿Puedes imaginar el efecto de tu literatura en tus lectores? ¿Cómo es esa relación para ti?

El lector, casi siempre, es algo que no me planteo, estoy más pendiente de ver la mejor manera de expresar lo que quiero. Además, lo que busco es un lector activo, que lo lleve a su terreno y se plantee cuestiones. Para mí, la relación es con el texto, luego viene que el lector disfrute.

Salvador Blanco Luque. Salvador Blanco Luque.

Salvador Blanco Luque. / Juan Ayala

¿Hay relatos que se hayan quedado fuera?

Sí, se han quedado fuera muchos al revisar. Algunos están publicados en el blog y no han entrado en el libro, incluso hay uno que yo creía que lo había incluido y al final no. Son textos que seguramente cogeré en un futuro, pero en los que creo que no he escogido bien el narrador o el personaje.

¿Hay proyectos futuros en los que ya estés trabajando?

Estoy terminando una novela y algunas cosas. Aún le falta un empujón para el primer borrador. La idea fundamental es un tipo que escribe un libro y las personas anónimas que han sido fundamentales para su vida y merecen la pena ser recordadas, queda una crónica de ellas.

Algo como Bolaño.

Sí, bueno, para mí Bolaño es fundamental.

Aparte de esa novela, ¿estás trabajando en poesía?

Estoy con la novela y con un poemario que sí que está casi, necesita reposar un poco. Me gusta estudiar los géneros para aplicarlo a lo que quiero contar, no quiero quedarme solo en novela o solo en poesía. Para eso hay que conocer los recursos y las características.

Los microrrelatos y la poesía suelen concentrar mucho en pocas líneas, ¿es lo que intentas trabajar normalmente al escribir?

El microrrelato es para mí el género que más se acerca a la poesía. Este libro tiene influencias, por ejemplo, tanto de Ana María Shua como de Enrique Morente; la música y los escritores están casi al mismo nivel. El desarrollo de sentimientos concentrados es parecido en ambos géneros, que es lo que yo busco, lo que más se aleja de la individualidad y se acerca a lo universal.

¿Cuánto tiempo llevas dedicando tu tiempo a la literatura, a ser escritor?

Pues yo llegué tarde incluso a leer, si se puede decir eso, porque siempre se llega tarde cuando eres consciente de lo que te gusta y quieres haber empezado antes. Querer ser escritor llegó, sobre todo, cuando entré a la Fundación Antonio Gala. Todos mis compañeros se dedicaban a esto mientras que yo trabajaba, tenía un sueño muy nebuloso sobre ser escritor. La fundación me dio el tiempo necesario para escribir, fue una gran oportunidad, ahí lo tuve claro. 

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