Enseñando los dientes
En 2006, Alfonso Alcalá Olmo era seleccionado en la primera edición del programa de apoyo a la creación y difusión Iniciarte, promovido por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con un proyecto que llevaba por título Pieles frágiles.
Formado por tres series, hasta el momento sólo había presentado la serie Siameses dentro de la exposición Generación Eutopía, en el marco del festival Eutopía 07, y ahora continúa sorprendiéndonos con Ángeles y demonios en la galería Arte21.
A la espera de ver En unos segundos, tercera de las series con que se completa Pieles frágiles, en Ángeles y demonios Alfonso Alcalá se acerca a la figura de los perros desde el punto de vista de su dependencia y la relación con el ser humano.
Si Siameses hablaba de la dependencia física extrema de aquellos que nacen unidos a otro, Ángeles y demonios lo hace sobre los límites y la identificación del hombre con aquellos que junto a él habitan este mundo.
Dónde empieza el yo y terminan los otros, qué parte es mía y cuál te pertenece, cuál de estos despojos de carne es humano y cuáles serán comida para perros salvajes. Estética pitbull y espíritu rottweiller para unas pinturas con ecos de ciertos discursos de los años 80 (de Gordillo a Juan Antonio Aguirre hasta Ángeles Agrela) pasados por el tamiz de aquellos que desde los 90 han hecho que volvamos a mirar a Andalucía como un foco de renovación pictórica gracias a los trabajos de Miki Leal, Pereñiguez o Ramón David Morales, con escala en los cordobeses Miguel Moreno Carretero, Jesús Pedraza o Antonio Blázquez, compañeros de generación de Alfonso Alcalá Olmo.
Primeros planos de perros de pelea que en actitud agresiva nos enseñan las fauces y con mirada compasiva buscan la recompensa y la caricia de aquella mano que les dará de comer. Dípticos, trípticos y polípticos con los que devolver a la pintura la capacidad de enseñar los dientes, ser peligrosa y arrancar a dentelladas lo mejor y lo peor de esta vida perra.
Hombres salvajes y perros domesticados y viceversa o, lo que es lo mismo, dónde empieza el impulso natural y acaba la civilización y sus convenciones. Pintura sin anestesia. Cuidado con el perro, que muerde.
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