Domingo de comunismo y sexo

Después de una primera jornada en la que se habló mucho de Internet y de los nuevos rumbos de la lectura, ayer les llegó el turno al sexo y el comunismo, entre otros asuntos y temáticas quizá de no tanta trascendencia pero respetables. El sexo con la nueva propuesta narrativa de Manuel Vilas y el comunismo con la revisión que Alejandro Sánchez Moreno ha hecho de la vida de José Díaz.

Un dirigente de gran relevancia en la España de los años 30 que pertenece a esa relación de personajes históricos que se ven afectados por un ostracismo que no se corresponde con el protagonismo que tuvieron en una época determinada. Sánchez Moreno, licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y que ayer estuvo acompañado en la Feria por Manuel Pimentel, realiza en José Díaz, una vida en lucha (Almuzara) un recorrido biográfico que es fruto de una labor investigadora de tres años que le llevó a revisar diversas fuentes inéditas. Todo parte "de un interrogante: cómo podía haber quedado tan relegado al olvido quien fue el secretario general del partido más importante del bando republicano en la Guerra Civil". Una respuesta está en el hecho de que "los estudios sobre el comunismo español no han entrado hasta hace poco en una fase de normalización".

Sánchez Moreno destacó que Díaz, que dirigió el Partido Comunista entre 1932 y 1942, "fue la primera persona que habló del Frente Popular, en un mitin en 1935 en Madrid". Asimismo, añadió el especialista, se opuso a Stalin en varias ocasiones y exigió en Moscú ante los dirigentes de la Internacional Comunista "un cambio en la trayectoria del partido en España, que resultó decisivo para que se empezara a forjar el Frente Popular". Díaz "no fue un teórico sino un hombre de práctica" y el historiador lo postula como una referencia para la izquierda actual, "que parece que ha perdido el rumbo". La "honradez", la condición obrera, "que siempre la mantuvo", y la fe "en la organización como condición necesaria para el cambio social" son otros rasgos que definen a José Díaz Ramos, fallecido en Tiflis (Georgia) en 1942.

El sexo. Manuel Vilas prosigue su trayectoria novelística con El luminoso regalo (Alfaguara), en la que invita al lector, convertido en voyeur, a descubrir los recovecos más oscuros e íntimos de un puñado de personajes desbocados, procaces y entregados al goce carnal. El protagonista es un escritor de éxito que campa a sus anchas por una España prosaica y vulgar. Devoto del sexo, posee el don de atraer irremediablemente a las mujeres hasta su cama. Su vida da un giro tras su encuentro con Ester, la Bruja, un suceso que lo sitúa frente a un reflejo de sí mismo, más duro y perverso. Un libro con banda sonora de Dylan y que realiza guiños a 2001. Una odisea del espacio y Cumbres borrascosas. Vilas fue presentado por Mario Cuenca Sandoval.

La mañana de hoy tendrá a los niños como protagonistas: habrá un encuentro de escolares con Antonio Gómez Yebra en torno a su libro Con las botas puestas (10:30 y 12:00) y un taller infantil impartido por Alejandra Vanessa (13:30). La tarde arrancará con el espectáculo La mar de cuentos (17:30) e incluirá otras ocho actividades: las presentaciones de Cómo se miran los árboles de Rafael Ruiz Alonso (18:00), Los bolsillos llenos de Antonio Cabrera y Viaje a un país imaginario de Manuela García Calleja (19:00), Dulce hogar de María Teresa Morales (19:00), Entre brumas del tiempo de Enriqueta Sánchez y Ruta para un reencuentro de Francisco J. Ortiz Díaz (20:00) y Versoñando de Virginia Fuentes Rivero (20:00) y las firmas de El Informe Nagual de Rafael Redondo Nevado (18:30), Las bicicletas no son para El Cairo de Emilio González Ferrín (19:00) y el ya citado Dulce hogar (20:00).