Brindis al sol
Alberto González Troyano
Mejor por escrito
Años 70. La familia Rius llega a Córdoba desde Cataluña y monta una floristería, Las Catalanas, que se convierte en una de las mejores de la ciudad. A la muerte de los padres, el negocio queda en manos de las dos hijas, Margarita y Hortensia. Se casan. Una de ellas enviuda y la otra tiene tres hijos (Narciso, Violeta y Jacinto) con su marido, un policía procedente de Valladolid. Ahora, Violeta se dispone a casarse con un actor indio (de Bollywood) al que conoció en Córdoba, donde viajó por motivos profesionales. Y la familia se prepara para celebrar el enlace. Es el punto de partida de Campanadas de boda, la obra que la compañía La Cubana presenta en el Gran Teatro en cinco funciones desde hoy hasta el domingo. Una reflexión en clave paródica sobre el componente teatral que tienen los enlaces matrimoniales.
La Cubana, cuya última parada en Córdoba fue en 2007 con Cómeme el coco, negro, organizó ayer un show en el exterior del coliseo para presentar una obra cuyo guión adapta a cada ciudad. Así, las referencias cordobesas son constantes. Rueda de prensa en plena calle, desfile musical en play-back de los novios y novias, fotos con los viandantes..., una manera de promocionar la propuesta en el centro de la ciudad que subraya el carácter abierto y dinámico de una compañía que considera que cada espectáculo es como volver a empezar.
Estrenado en marzo de 2012 en Barcelona, donde fue visto por 250.000 personas, Campanadas de boda muestra, según el director de la compañía, Jordi Milán, "el teatro que hacemos para casarnos, la gran parafernalia que organizamos el día de la boda". Y es que La Cubana lleva más de 30 años indagando en "el teatro cotidiano" que ejecutamos a lo largo de la vida "y que pasa desapercibido". Una práctica de la que "las bodas son el exponente máximo".
También constata "una gran contradicción: nos hemos modernizado pero seguimos utilizando el mismo guión de un rito ancestral". Además, "antes era obligatorio casarse por la Iglesia y ahora lo hacemos por lo civil pero con la misma pompa".
Preparar una boda, señaló Milán, "es como preparar una obra de teatro: un año trabajando, nervios, desgaste de energía..., y luego todo pasa rápido, en un día...". Pero también hay aquí una evidencia de que "el ser humano necesita el teatro y lo utiliza para muchas cosas". Campanadas de boda es, según figura en el dossier de prensa de la obra, "una parodia de la gran parodia".
La Cubana promete a los asistentes más de dos horas de "humor y sorpresas", con "participación" y una serie de situaciones que permitirán que "todo el mundo se sienta identificado". Para la compañía, el teatro es una aventura, un proceso en el que cada detalle debe ser atendido y que además debe servir para aprender el oficio. "Una compañía artesana como la nuestra tiene poco futuro en el panorama teatral del país y lo comprendemos", asume un grupo que debutó en 1980 con Dels Vicis Capitals.
Con idea y dirección de Jordi Milán y música y dirección musical de Joan Vives, Campanadas de boda presenta un reparto integrado por Mont Plans, Xavi Tena, Toni Torres, María Garrido y Alexandra González, entre otros. Una comedia en tono de vodevil costumbrista que será representada hoy y mañana a las 21:00, el sábado a las 18:30 y 22:00 y el domingo a las 20:00, con las entradas entre 13 y 36 euros. Y muchas flores en el interior del Gran Teatro. Nos vamos de boda.
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