Córdoba revisa en una exposición sus diálogos con la modernidad
Cinco salas acogen desde mañana hasta el 15 de febrero una muestra integrada por 229 obras de 119 artistas, configurada como un punto de encuentro entre estéticas y generaciones
En el principio hubo una exposición. Fue lugar común hasta hace poco invocar el año 1957 como el del inicio del matrimonio Córdoba-modernidad. Pero recientes iniciativas historiográficas convienen en situar el Big Bang cuatro años antes, cuando el Círculo de la Amistad, en el contexto de su centenario, albergó una exposición de arte que representó, en términos culturales, la primera iniciativa cordobesa decididamente contemporánea, en un marco nacional de tímida apertura a la modernidad desde las instancias oficiales. Sesenta y un años después, cuatro instituciones con el Ayuntamiento a la cabeza se unen para revisar la historia, los diálogos, las conquistas y la salud de este matrimonio. Vimcorsa, el Círculo de la Amistad, la Fundación Antonio Gala, la Casa Góngora y la sala Cajasur-Gran Capitán acogen a partir de mañana y hasta el 15 de febrero de 2015 la muestra 60 años de arte contemporáneo en Córdoba, 1953-2013, comisariada por Ángel Luis Pérez Villén y que recoge 229 obras de 119 artistas.
Esta exposición, señala Pérez Villén, es un "proyecto abierto" y de carácter "celebratorio" desarrollado a lo largo de los dos últimos años y que ha experimentado un notable crecimiento desde la propuesta inicial, hasta el punto de que se ha duplicado el número de artistas representados y se ha apostado por una más amplia gama temática y estética (se ha pasado, en realidad, de la idea de subrayar el trabajo de los creadores cordobeses que durante algún momento de su trayectoria han mantenido vivo ese compromiso con la modernidad a mostrar la obra de todos aquellos cuya presencia en la ciudad haya sido o sea un hecho en términos artísticos innegable). Una retrospectiva que constituye un espacio para el encuentro generacional y para el recuerdo de creadores ya fallecidos como Antonio Rodríguez Luna, Pepe Espaliú, Marcial Gómez, Aurelio Teno o Antonio Povedano.
La alianza institucional y la "generosidad y disposición de los artistas" han hecho posible la consumación de este proyecto, según el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, Juan Miguel Moreno Calderón, que estuvo acompañado en la presentación de la exposición, además de por el comisario, por el presidente de Vimcorsa, Luis Martín; el delegado de Cultura de la Diputación, Antonio Pineda; el director de la Fundación Cajasur, Ángel Cañadilla; y la vicerrectora de Vida Universitaria y Responsabilidad Social de la Universidad de Córdoba, Rosario Mérida. Moreno Calderón evocó los "fértiles" años 50 de la cultura cordobesa, gracias "al impulso personal del alcalde Antonio Cruz Conde" y que marcaron cierto despegue cultural después de la oscura posguerra. La exposición del Círculo, uno de los grandes acontecimientos de esos años junto a la primera edición del Concurso Nacional de Arte Flamenco (en 1956), "puso a Córdoba en el mapa nacional". Es lo que ahora se recuerda con una "panorámica" diseñada con "el máximo rigor histórico" y con unos criterios de "pluralidad y diversidad". Está llamada a ser "un hito en la historia expositiva de la ciudad".
A la hora de articular la exposición, explica el comisario, se han activado dos líneas de trabajo que resultan ser complementarias: una cohesiona mediante vínculos de estilo y se trama en una secuencia histórica, y la otra permeabiliza la tendencia hasta hacerla intergeneracional. Los coágulos abstractos tienen su sede en la sala Galatea de la Casa Góngora, con Manuel Alcaide, Alfonso Ariza, Hashim Cabrera, Juanjo Caro, Antonio Castilla, Rafael Cerdá, Equipo 57, Antonio I. González, José Ibáñez, Jacinto Lara, Manuel Méndez, Cristóbal Povedano, Juan Serrano y Juan Vacas. La abstracción es el núcleo fuerte e indiscutible en la consideración de lo que se entiende por renovación artística española a mediados del siglo pasado. Desde entonces ha pasado por diferentes estratos, se ha multiplicado en numerosos estilos, ha sufrido crisis y renovaciones de toda índole y en la actualidad sigue representando una opción que parece mantenerse inagotable. Se muestran piezas significativas de la abstracción geométrica junto a obras gestuales e informalistas, así como derivaciones posteriores y actuales que dan testimonio de la riqueza y la diversidad de la tendencia.
Los realismos hallan cabida en la sala Julio Romero de Torres del Círculo de la Amistad, en la que están representados Luis Aguilera Bernier, José Manuel Belmonte, Rafael Botí, Pedro Bueno, Rafael Carmona, Castro Cadenas, Miguel del Moral, Desiderio Delgado, Francisco Escalera, José F. Gálvez, Marcial Gómez, Francisco González, Julia Hidalgo, Juan Hidalgo del Moral, Pepe Jiménez, Ginés Liébana, Francisco Linares, Ángel López-Obrero, Juan Luque, José Luis Muñoz, José Carlos Nievas, Antonio Ojeda, Rafael Orti, Juan Polo Velasco, Amadeo Ruiz Olmos, Sánchez Moreno, Rafael Serrano y Lola Valera. Aunque no se pueda considerar de filiación vanguardista, lo cierto es que la práctica figurativa de mediados del siglo pasado sintomatiza en muchos de sus representantes un renovado interés por adherirse a lenguajes afines, ya sea mediante la recuperación de maneras de comienzos de siglo o asumiendo la necesidad de reconstruir las múltiples facetas del realismo. En esta exposición tienen cabida figuras y obras que protagonizaron esa renovación, amén de soluciones plásticas derivadas que conforman un extenso tapiz de facetas realistas.
Francisco Aguilera Amate, Rafael Caballano, Ángel Corral, José Duarte, Tomás Egea Azcona, Manuel Ángel Jiménez, Pepe Morales, Antonio Povedano, Rita Rutkowski, Emilio Serrano, Paco Serrano, Tony Soto, Aurelio Teno y Francisco Zueras se dan cita en el apartado Retratos del gesto, en Cajasur-Gran Capitán. En los años 60 el realismo toma la decisión de hacerse social y así adquiere el rango de compromiso con la modernidad artística. Un realismo que ha de ser expresionista por naturaleza, representando con gesto adusto una acuciada realidad. Desde entonces la veta expresiva de la imagen cobra fuerza -profundiza en la negrura de la melancolía y se nutre en las fuentes originales de comienzos de siglo, se impregna de las adherencias del trazo informal, incluso coquetea con el pop-art- y sella un vínculo con el cromatismo no descriptivo para componer el retrato de la figura.
La Fundación Antonio Gala recibe a Concha Adán Zurera, Mariano Aguayo, Rafael Aguilera, Ángeles Alcántara, Francisco Ariza Arcas, Antonio Bujalance, Juan Cantabrana, Luis Celorio, Antonio Damián, Pepe Díaz, Mariló Fernández Taguas, María Teresa García López, Paco Gil, Isabel Jurado, José Márquez, Joaquín Martínez, Juanma Pérez, Pepe Puntas, Antonio Rodríguez Luna, Rafael Trobat, José Manuel Velasco, Hisae Yanase y Juan Vicente Zafra, que protagonizan Cartografías de la figura. El término nueva figuración surge con fuerza a comienzos de los años 60 para aglutinar una serie de intereses en torno a la renovación de los lenguajes de la figuración. Sobre dicho soporte vienen a sedimentarse desde el informalismo hasta el pop-art, el expresionismo, el surrealismo y todos aquellos estilos que decantan una solución plástica mestiza y abierta al libre ejercicio de la creación. Es razonable que convivan tantos perfiles alusivos al término como autores participan en la muestra, lo que testimonia que sigue siendo un campo abierto a la expresión personal.
Y en Vimcorsa, Cambio de paradigma, el promovido por la posmodernidad en la consideración de los valores, sistemas y estructuras que regían en el arte contemporáneo. Es el arte después del fin del arte, con carencia de certezas y una navegación en busca de respuestas que no acaban de llegar: la experiencia de la creación constituye el único credo artístico. Esta exposición intenta arrojar sentido a lo que aún está en proceso y por eso abre capítulos para nombrar la euforia de la vuelta a la pintura durante los primeros 80, los intereses en torno a lugares precisos (la ciudad, la naturaleza, la memoria), los juegos de impostura de las identidades y la falsa apariencia de un ensimismamiento disciplinar que no es tal. La sección Posmodernismos agrupa a Víctor Barrios, Luis Cárdenas, José María Córdoba, Miguel Cossano, José María García Parody, Moisés Moreno, Rafael Navarro, Francisco Salido y Antonio Villa-Toro; Imposturas e identidades, a Rafael Agredano, Alfonso Alcalá Olmo, Manuel Bautista, Antonio Blázquez, Pepe Espaliú, Ángel García Roldán, Juan López, Miguel Moreno Carretero, Verónica Ruth Frías, Beatriz Sánchez y Marisa Vadillo; Lugares señalados, a Manuel Garcés, Miguel Gómez Losada, Antonio Jesús González, Manuel Muñoz Morales, María Ortega Estepa, Plácido Pérez y Miguel Rasero; y El medio no es el mensaje, a Alegría y Piñero, Tete Álvarez, Fernando Baena, Javier Flores, Nieves Galiot, Goval, Pepe Lara, Fernando M. Romero, Carmen Osuna, Daniel Palacios, Pablo Prieto, Rafael Quintero y Gervasio Sánchez.
La exposición cuenta con un programa de visitas guiadas que se pueden concertar en el teléfono 957491768, en horario de 10:00 a 14:00, o en la dirección de correo electrónico 60artecontemporaneoencordoba@gmail.com.
HACE 61 AÑOS
Pérez Villén reconstruye en el catálogo de la muestra cómo fue la experiencia expositiva de 1953 en el Círculo a la que este proyecto alude: "Parece ser que Antonio Povedano -que por entonces se movía mucho por Madrid y que ya tenía concertados varios compromisos- tenía la intención de preparar una exposición colectiva para la Sala Municipal de Arte, pero el municipio cordobés desestimó el proyecto. Por otra parte Rafael de La-Hoz recibe el encargo de Fernando Carbonell -responsable de asuntos culturales del Círculo de la Amistad- de organizar una muestra colectiva, amparándose en la cobertura que su colaborador Carlos Pascual de Lara le ofrece como mediador en el mundo artístico. De esta manera serán Pascual de Lara y Povedano quienes se ofrezcan a contactar con los artistas participantes -fundamentalmente madrileños, sevillanos y cordobeses- mientras que La-Hoz se encargará del montaje de la exposición. El resultado es la muestra que marca la recepción de la modernidad artística en Córdoba. Rafael de La-Hoz realiza la adecuación de las salas con un diseño de montaje e iluminación que no pueden pasar inadvertidos, una labor en la que parece ser que también colaboró Pascual de Lara". La exposición, del 17 de mayo al 7 de junio, reunió alrededor de 140 obras, entre pinturas (la mayor parte) y esculturas. Estuvieron representados, entre otros, Carmen Laffón, Aguilera Amate, Alfonso Ariza, Pedro Bueno, José Duarte, Miguel del Moral, Picasso, Antonio Povedano, Agustín Redondela y Amadeo Ruiz Olmos.
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