Córdoba recupera su Museo Taurino

Córdoba recupera su Museo Taurino
Alfredo Asensi Córdoba

30 de marzo 2014 - 05:00

El Museo Taurino se suma de nuevo a la relación de alicientes culturales de Córdoba y su Judería, nueve años después de su cierre y tras una compleja restauración, para plantear un discurso renovado que reflexiona sobre la tauromaquia, sus valores, su historia y su proyección en ámbitos artísticos, literarios y sociales, con recursos y códigos del siglo XXI. El alcalde, José Antonio Nieto, preside hoy a partir de las 12:30 un acto de reapertura que contará con la presencia de representantes de las distintas áreas del mundo taurino. Estaba previsto inicialmente para mañana, pero la coincidencia con el funeral de Estado por Adolfo Suárez provocó el cambio de fecha, que impedirá la asistencia de algunos de los toreros invitados que hoy tienen festejo.

Pero habrá un ambiente de gran ocasión en la plaza de Maimónides y expectación por ver el resultado de la reforma. Con alguna inquietud en el caso de los nostálgicos del viejo museo, que ahora tendrán que digerir una propuesta museográfica muy distinta, protagonizada por las nuevas tecnologías y un enfoque eminentemente visual e interactivo para acuñar una evidente vocación didáctica. Un museo para todos los públicos en el que los aficionados más memoriosos echarán de menos piezas emblemáticas que no figuran entre las expuestas. No obstante, la intención de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento es que el centro tenga un carácter dinámico y que el material exhibido se renueve periódicamente.

Por otra parte, en la sala de exposiciones temporales el visitante podrá consultar en unas pantallas todos los fondos del museo, que abrió sus puertas en 1983. Ubicado en la planta baja, este ámbito ofrece como primera propuesta La lidia en porcelana, una vajilla regalada a Lagartijo tras una faena en Barcelona. Será visitable hasta el 30 de junio.

El museo articula su narrativa en seis salas, a las que se suma, como final del trayecto, la de muestras temporales. En el recibidor (la entrada valdrá 4,5 euros, si bien en el mes de abril es gratuita) se ofrece al visitante la oportunidad de conocer los puntos más taurinos de la ciudad (tabernas, restaurantes, tiendas, plazas, rincones...). Una de las primeras cosas que llaman la atención es la ausencia de elementos en los pasillos del edificio: todo se concentra en las salas, en un intento de resaltar los valores de la casa. Superado el hall, a la izquierda, el primer ámbito, Córdoba, una ciudad con aroma taurino, ofrece al público un audiovisual de ocho minutos (con proyección opcional en inglés) que muestra los ciclos vitales del toro y el torero hasta su encuentro ("épico y armonioso") en la plaza y aporta algunas de las claves que encontrarán posteriormente un mayor desarrollo: la condición artística del toreo y la presencia histórica del toro en la fiesta y la cultura mediterráneas.

El recorrido continúa en la planta primera con la sala dedicada al Paisaje del toro. Se exhiben aquí dos cabezas (no serán siempre las mismas) y se aportan pinceladas sobre este animal, sus características, cómo llegó a la península, su vida en la dehesa. El mapa del toro de lidia en España, el linaje de las ganaderías cordobesas y sendos audiovisuales sobre la tienta y la bestia en su hábitat figuran en este espacio adornado con oportunos versos de Miguel Hernández y un toro a tamaño natural para solaz mayormente de los más pequeños.

El museo compagina su mirada integral sobre la tauromaquia con una acusada voluntad de poner de manifiesto la importancia del toro en Córdoba y de Córdoba en el toro. La tercera sala es Cinco Califas, cinco universos, consagrada a las glorias locales y universales Lagartijo, Guerrita, Machaquito, Manolete y El Cordobés, con un recuerdo a José María Martorell, que no alcanzó la dignidad califal, y un trato también distinguido al rejoneador Antonio Cañero. Al acercarse a cada apartado, una pantalla se activa mediante sensores para convencer al visitante sobre la relevancia del personaje en cuestión con datos de su vida y sus logros y refuerzo fotográfico. Se resumen los hitos más importantes de los cinco toreros y se exponen trajes originales (en maniquíes hechos a medida) y detalles personales. En la vitrina de Manolete están las orejas y el rabo de Islero, el toro que lo mató en Linares.

La historia de la Córdobataurina es la cuarta sala, entre cuyos atractivos se encuentra una maqueta de la Plaza de Toros actual sobre la que se proyecta un audiovisual. Los paneles informan sobre aspectos históricos vinculados a la evolución del toro y el toreo, ilustrados con referencias como las Cantigas de Santa María de Alfonso X o el grupo escultórico de Mithras hallado en Cabra. El visitante conoce aquí la ubicación de las distintas plazas de toros (o espacios en los que se ha desarrollado esta actividad) que ha habido en la ciudad (Alcázar de los Reyes Cristianos, plazas de la Corredera y la Magdalena, Campo de la Merced, Tejares...), los elementos que acrisolan su robusta condición taurina (tabernas, tertulias, ferias, calles y plazas...) y la presencia de la tauromaquia en la prensa, la escuela y la Universidad, así como los vínculos que Córdoba ha establecido con América a través de los toros (incluido un panel con los toreros cordobeses que han mostrado su arte y su valentía al otro lado del Atlántico).

La quinta sala invita al público a sentarse en el tendido y ver una corrida resumida en ocho minutos en multipantalla. Las claves de la lidia, sus momentos, sus liturgias, sus protocolos. El audiovisual se completa con una vitrina sobre otras figuras que participan en la fiesta (picador, banderillero, alguacilillo), un apartado dedicado al Trofeo Manolete y otro, interactivo, a los toreros cordobeses contemporáneos, desde Manolete hasta hoy.

En la primera planta están también la biblioteca y la mediateca del museo, de acceso restringido a los investigadores y expertos que lo soliciten.

De regreso a la planta baja aguarda la sexta sala, La cultura taurina: inspiración artística, protagonizada por las artes plásticas: pinturas, esculturas y grabados. Se exhiben aquí el Guerrita de Julio Romero de Torres y la Estocada de la tarde de Mariano Benlliure, junto a obras de Venancio Blanco, Juan Zafra, Amadeo Ruiz Olmos, Mateo Inurria y Rafael Botí, entre otros. La séptima sala es la de exposiciones temporales. El museo se completa con una tienda que aún no está instalada.

La reapertura del Taurino se ha visto enriquecida con una serie de actividades que arrancó el 4 de marzo con una conferencia del crítico Andrés Amorós, a la que siguieron a lo largo del mes ponencias de otros expertos. Las jornadas de puertas abiertas en abril, la citada exposición La lidia en porcelana, la entrega del Trofeo Manolete, la presentación de la publicación Gaceta ilustrada (21 de abril) y un ciclo de conciertos de pasodobles (del 4 al 17 de mayo) configuran un calendario que persigue darle realce social a la recuperación de este espacio.

"Es difícil hacer una propuesta museográfica en un tema tan controvertido como el taurino", admitió en una reciente visita el alcalde, que es consciente de que el resultado no va a gustar a todos: "Unos lo acusarán de clásico, otros de excesivamente arriesgado y vanguardista". Pero "este museo es probablemente uno de los más importantes del mundo en su materia" y debe contribuir a potenciar el atractivo turístico y cultural de la ciudad, además de ofrecer la oportunidad a los visitantes de "conocer Córdoba a través de la fiesta de los toros y la fiesta de los toros a través de Córdoba "

La primera fase de la reforma del Taurino (que presentaba graves deficiencias que imposibilitaban que siguiera abierto e incluso habían provocado la clausura de algunas salas y el apuntalamiento de zonas) se desarrolló entre octubre de 2005 y agosto de 2007, con un coste de casi 900.000 euros. Consolidado estructuralmente el edificio (a excepción de las columnas de mármol del patio principal y de la galería ubicada al fondo del patio de acceso, que se dejaron para después), en abril de 2010 arrancó la segunda fase, presupuestada en algo más de dos millones de euros y desarrollada por la constructora ACSA, Obras e Infraestructuras. Conllevó, además de las consolidaciones pendientes, todos los trabajos de revestimiento, carpintería, terminaciones y las instalaciones necesarias para llevar a cabo la completa ejecución del edificio. Se aplicó un tratamiento especial para la restauración de los artesonados del techo y la rehabilitación de las columnas de piedra en el patio principal y en el de entrada. Los artesonados fueron limpiados mediante un sistema de chorro de arena por microabrasímetro, se eliminaron los elementos ajenos a la madera, se sellaron heridas y se sanearon las partes deterioradas mediante reposiciones con resinas. En las columnas de los patios se usaron morteros y resinas especiales de integración fijadas con varillas de fibra de vidrio.

Asimismo, los singulares azulejos del patio de entrada fueron restaurados mediante la reposición de piezas, arreglo de las dañadas y un tratamiento final para recuperar su tonalidad y satinado originales. La climatización de todo el inmueble, la fontanería y la instalación de un nuevo sistema eléctrico completaron las actuaciones. En una visita institucional en marzo de 2011, el entonces alcalde Andrés Ocaña afirmó que las obras estaban al 90% de ejecución y que el museo abriría "a lo largo del año". El Ayuntamiento ya había adjudicado el proyecto museológico y museográfico a la empresa barcelonesa Kultura. Ideas y Estrategias para el Patrimonio S. L., por un importe de 100.000 euros. Sólo tres empresas se presentaron al concurso.

Kultura acabó su proyecto en el verano de 2011 y, tras las alegaciones realizadas por la Delegación de Cultura, entregó la propuesta definitiva en febrero de 2012. Postulaba un nuevo discurso basado "en la interpretación de todos los aspectos relacionados con el mundo taurino , desde la importancia de las ganaderías hasta su influencia en el arte, sin olvidar la puesta en valor de la colección". El proyecto también incluía la revisión de las funciones y los servicios del equipamiento y su modernización, así como un planteamiento museográfico mediante recursos visuales y escenográficos que permitieran incorporar la colección como un elemento interpretativo más y se adaptaran a la arquitectura compleja del edificio. También se citaba la redefinición de las políticas de difusión, comunicación, documentación y conservación del museo.

Dieciocho empresas se postularon para ejecutar la última fase, que fue adjudicada en diciembre de 2012 a Dragados, S. A. La empresa se comprometió a rebajar sustancialmente (de siete meses y medio a cinco) el plazo de ejecución de las obras, por lo que el Ayuntamiento anunció que el museo podría reabrir sus puertas en el primer semestre de 2013. Sin embargo, posteriores ajustes técnicos traicionaron estos planes y la cosa ya se puso en 2014.

Aficionados y curiosos, expertos y profanos están invitados a conocer el nuevo museo y dar su opinión. Habrá para todos los gustos. El reto ahora es convertirlo a través de la gestión y la promoción en un espacio dinámico y atractivo para el visitante en el marco de la red de museos municipales, de la que también forman parte el dedicado a Julio Romero de Torres, el Alcázar de los Reyes Cristianos y los Baños del Alcázar Califal. Un espacio cultural de vanguardia en el corazón histórico de Córdoba.

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