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Los actores Ricardo Luna y Marisol Membrillo acercarán al público los versos del Arcipreste de Hita en la obra Coplas de buen amor, que se representa esta noche (20:30) y mañana en el Teatro Góngora dirigida por Manuel Canseco y con dramaturgia de Antonio Serrano. El montaje es "teatro, no un recital de poesía, con una historia con final feliz, romántico" en el que se refleja muy bien lo que era el medievo, aseguró Luna.
Los dos actores protagonistas se desdoblan hasta interpretar a cinco personajes y además cuentan con dos músicos sobre el escenario, Mabel Ruiz (cítola) y Carlos González (colachón, sinfonía, guitarra de cuatro órdenes, etc), que han conseguido "perder la vergüenza" y además de tocar también se "atreven" a actuar. Todos ellos son cordobeses o tienen relación con Córdoba, aclaró Manuel Canseco.
La escenografía de la obra es muy simple, ya que el escenario aparece "limpio" para que destaque la interpretación. "Es un juego basado sólo en los actores", añadió Luna.
El director explicó que seleccionar textos del Libro de buen amor no es tarea fácil, de hecho entre todos los espectáculos que ha visto basados en esta obra "la falta de agilidad escénica ha convertido la representación más en un acto académico que teatral", un montaje "absolutamente plúmbeo". Sin embargo la selección de textos de Coplas de buen amor es "tremendamente jugosa" y cuando la leyó por primera vez se dio cuenta de que "podíamos sacarle mucho partido".
Marisol Membrillo, por su parte, manifestó que trabajando con Canseco "aprendo muchísimo" y destacó el ejercicio de memoria que han tenido que hacer para llevar a escena esta selección de textos del Arcipreste de Hita. Ha sido "un proceso muy intenso pero fácil a nivel cognitivo", agregó la actriz. El resultado ha sido un espectáculo "creado a veces hasta límites insospechados", como el final de la historia, "una sorpresa" que dejará boquiabierto al público. Además, Membrillo apuntó que Canseco es "un gran conocedor del verso" y alabó su figura como "director de referencia en este país".
La obra se estrenó el pasado mes de abril en las Jornadas del Siglo de Oro de Almería y ha pasado por varias ciudades. También se ha representado para institutos dado su carácter didáctico, de hecho en Córdoba también se hará una función especial para alumnos de Secundaria. Es una obra muy rica en lenguaje y expresión, pero siempre a través del divertimento, recalcó Membrillo.
Esta versión tiene un tono humorístico, "incluso el protagonista se llama don Melón de la Huerta", expuso Luna. El de don Melón y doña Endrina es uno de los pasajes más recordados de la obra del Arcipreste y en ella aparece el personaje de la Trotaconventos, una alcahueta que va por los conventos llevando mensajes amorosos de caballeros y juglares a las monjas.
Canseco apunta en las notas el programa que Coplas de buen amor "está concebido fundamentalmente como un juego" que se inicia "incluso antes de que comience a desgranarse el texto". Se trata de "un juego pícaro y desenfadado en el que han de participar constantemente hasta los propios músicos, como parte integrante de las situaciones que se crean sobre el escenario".
El director explica que en la obra "el mundo juglaresco y celestinesco, tan propio de una época en la que picardía y puritanismo se dan la mano, conviven y luchan en el seno de una sociedad que bascula entre lo espiritual y lo carnal de manera fluida, casi espontánea". Es un "juego, pues, de timideces y desvergüenzas, de acercamiento y desenfado, de picardías de una pretérita sociedad" que la compañía acerca hasta los espectadores para hacerles ver "que en el tema del amor (con minúscula), sus avatares, no han cambiado a lo largo de los siglos".
Canseco se mostró orgulloso del resultado obtenido, un montaje "que ha ido creciendo hasta los últimos días" gracias al trabajo de los actores y los músicos, que son "los que yo quería que estuvieran".
Coplas de buen amor está basada en textos del Libro de buen amor, escrito en el siglo XIV por Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, que recogió un amplio número de poemas narrativos, morales, satíricos y líricos, muchos de ellos escritos con tono juglar. La obra es un catálogo de artes amorosas y tiene la intención de evitar el "loco amor" y promover el "buen amor".
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