La Bienal de Fotografía reivindica el "activismo político" de la imagen

La Bienal de Fotografía reivindica el "activismo político" de la imagen
Alfredo Asensi

Córdoba, 10 de marzo 2017 - 09:01

Catorce exposiciones, seis en la sección oficial y ocho en la paralela, integran la XV Bienal de Fotografía de Córdoba, que se celebra del 23 de marzo al 21 de mayo con el objetivo de "reactivar el activismo político" de la imagen fotográfica, según el comisario del primer apartado, Óscar Fernández, que destaca también el componente "pedagógico" de una propuesta que quiere otorgar herramientas al público para "enseñarle a leer las imágenes" y a comprender "los códigos de la fotografía". Todo ello bajo el lema Imágenes en conflicto, que inspira un recorrido por la historia de la fotografía de guerra que se desplegará en espacios como la sala Vimcorsa, la Casa Góngora, el Teatro Cómico Principal y el Centro de Arte Contemporáneo Rafael Botí. El C3A está ausente del mapa de la bienal.

Una edición que pone el foco en "la capacidad de la fotografía para transformar, concienciar, conmover", según Fernández, frente a las teorías que, a partir de la "saturación de imágenes" que padecemos, consideran que han perdido su función o su poder de impacto. Así, la bienal defiende, de la mano de Susan Sontag o John Berger, "la verdad, el poder de la imagen", y para ello acuña un discurso sustentado en dos conceptos clave, activismo y, citando a Bertolt Brecht, pedagogía, todo ello en un marco temático y referencial que apoya "una visión más compleja y sofisticada de la imagen de guerra", que "se ha convertido en un cliché o una tradición inamovible, como si hubiera una sola imagen de guerra o siempre se hubiera contado la guerra de la misma manera".

Vimcorsa acogerá la exposición La maleta mexicana. Negativos redescubiertos de la Guerra Civil española de Robert Capa, Gerda Taro y Chim, organizada en colaboración con el International Center of Photography (ICP) y que ofrece, por primera vez, la oportunidad de contemplar las imágenes procedentes de esta famosa colección de negativos recientemente recuperados. En diciembre de 2007, tres cajas llenas de rollos de película, que contenían 4.500 negativos en 35 mm. de la Guerra Civil de Capa, Taro y Chim (David Seymour), y que se consideraban desaparecidos desde 1939, llegaron al ICP. La obra de estos tres fotógrafos, que vivían en París y trabajaron en España, tuvo repercusión internacional y sentó las bases de la fotografía de guerra moderna. Ellos realizaron la cobertura más innovadora y apasionada de la Guerra Civil.

Muchas de las hojas de contacto realizadas a partir de los negativos originales forman parte de la exposición, que trata de aproximar al público a algunas de las grandes historias de Capa, Taro y Chim, tal como las interpretaron a través de sus particulares ópticas. Estas imágenes se mostrarán junto con las revistas de la época en que fueron publicadas y con las propias hojas de contacto de los fotógrafos.

El Centro de Arte Contemporáneo Rafael Botí abre sus puertas a Susan Meiselas con Nicaragua. Considerado por algunos expertos el trabajo más emblemático de la estadounidense, estas sorprendentes fotografías a color, que narran el derrocamiento del régimen de Somoza y la subsiguiente victoria sandinista, fueron ampliamente difundidas en la prensa internacional y publicadas en el libro de 1981 Nicaragua. Este trabajo de Meiselas en el país centroamericano sigue siendo un modelo de cobertura documental comprometida y subjetiva, así como un hito en la fotografía de guerra por su uso pionero y controvertido del color. También fue su primera experiencia como fotoperiodista, por lo que se vio obligada a lidiar con la ambigua fortuna de ver su trabajo ampliamente distribuido pero totalmente fuera de su control. Esta experiencia la condujo a una investigación, en la que aún persiste, acerca de los significados creados y revelados por la circulación de imágenes en los medios de comunicación. De esta exploración primera surgieron instalaciones como Mediations (1982-83) y la película Voyages (1985).

Meiselas pasó una década trabajando en temas relacionados con los derechos humanos en otros lugares de América Latina, pero mantuvo su implicación con Nicaragua. Sus primeras fotografías de este país se convirtieron en una base a la que regresar para reevaluar sus significados.

En la Casa Góngora podrá verse Imágenes del mundo y epitafios de guerra en la colección Michael Zapke, producción propia de la Bienal de Fotografía con la colaboración del Goethe Institut. La exposición está planteada como un dispositivo de aproximación crítica a la fotografía de guerra. Para este propósito pedagógico, plantea tres niveles de contenido. Por una parte, se muestra una selección de cámaras fotográficas procedentes de la colección de Zapke. A través de ellas se puede explorar la influencia determinante de la tecnología en el devenir del discurso fotográfico, y viceversa. En paralelo, ofrece una serie de documentos y publicaciones de época donde se desgranan, de un modo transversal, algunas claves del devenir de la fotografía publicada de guerra. Aparecen representados aquí desde los primeros trabajos de campo de Roger Fenton en Crimea hasta los pioneros reportajes fotográficos de la Guerra Civil española, pasando por la irrupción de la fotografía de guerra en el museo a cargo de Edward Steiche. Y se completa con una serie de films de Harun Farocki y Alexander Kluge que se interrogan por la naturaleza de la guerra y su evolución.

El Teatro Cómico Principal será la sede de Historia gráfica de la Guerra Civil en Córdoba, comisariada por Juan Manuel Fernández Delgado. "Es objetivo de esta muestra", afirma, "que de forma natural se acceda a nuestra historia, siendo la fotografía un excelente vehículo para ello. Para que esas imágenes cobren mayor sentido y sean mejor valoradas, consideramos fundamental acompañarlas con documentos, prensa y objetos de la época, que sitúen al visitante en su contexto. La novedad es hacerlo con la capacidad de superar las emociones que otorgan la madurez histórica y el rigor académico, para mostrar piezas que han permanecido ocultas, en su gran mayoría, hasta ahora".

Carole Alfarah será protagonista en Casa Árabe con Wa Habibi. "Las fotografías que reúne este proyecto", señala su comisaria, María Santoyo, "han sido tomadas durante el conflicto que asola Siria desde marzo de 2011. Sin embargo, no estamos ante los arquetipos habituales del reportaje de guerra. El enfrentamiento, las causas, los bandos, las armas, la violencia o el exilio han sido conscientemente obviados. Estas imágenes emergen de la confusión, del zumbido en los oídos, escarban entre los escombros y se elevan en busca de la mirada del otro; el otro como único asidero, el vínculo como única opción de supervivencia".

La sección oficial se completa con Fronteras de Rafael Alcaide, en el Bulevar Gran Capitán y los autobuses de Aucorsa. Es el relato gráfico del mayor exilio del siglo XXI, el de la población huida de los conflictos de Oriente Medio. Alcaide acompañó en 2015 a cientos de refugiados procedentes de Siria, pero también de Afganistán e Iraq, desde la frontera serbohúngara, pasando por Croacia o Eslovenia, en su itinerario hacia Austria. Durante la marcha, cada llegada a los puestos fronterizos se convirtió en un episodio dramático más, pues las agresiones y expulsiones por parte de las policías antidisturbios de Hungría o Eslovenia eran una constante.

La sección paralela ha sido confeccionada a partir de una convocatoria abierta de proyectos coordinada por Afoco. De 113 propuestas se han seleccionado ocho: Lo humano & lo divino de Carlos Duarte (Escuela de Arte Mateo Inurria), Ausencias de Manuel Jesús Pineda (galería Ignacio Barceló), Sputtering de Jorge Isla (Cajasur Gran Capitán), Miradas de una ciudad de Jesús Chacón (San Felipe Neri), 12 horas en el Louvre de Katy Gómez Catalina (IES Luis de Góngora), Obras agónicas y otras patologías de Ausín Sainz (Fundación Antonio Gala), 365 días de María María Acha-Kutscher (Galerías Salazar) y Refugio de Alaa Chnana (Ayuntamiento, edificio Gran Capitán).

La sección de actividades complementarias incluye talleres, conferencias (entre los ponentes, Gervasio Sánchez con Sarajevo 25 años después y Joan Fontcuberta con La furia de las imágenes), revisión de portfolios, mesas redondas, el II Rally Fotográfico y el ciclo de cine Imágenes en guerra en la Filmoteca de Andalucía. Una variada relación de actividades que refuerza el atractivo del que es, destaca el presidente de Afoco, José Gálvez, "el festival decano de la fotografía española", que desde su nacimiento a mediados de los 80 ha acogido, apunta el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, David Luque, "más de 250 exposiciones y actividades".

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