Balagueró presenta en Sitges un thriller sobrenatural sobre musas
El director catalán parte de la novela 'La dama número trece', de José Carlos Somoza
El director Jaume Balagueró construye en Muse un thriller sobrenatural en el que describe las dificultades del proceso creativo a través de unas musas diabólicas, un título que tuvo ayer su estreno mundial en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.
Balagueró parte en Muse de la novela La dama número trece, de José Carlos Somoza, "una novela amplia y compleja, muy literaria", que le obligó a "sintetizar una historia que mantuviera la esencia del texto, ser un thriller sobrenatural", un proceso, dijo, que fue "fácil", aunque para ello tuvieran que desprenderse de muchas cosas.
De Madrid, Barcelona, Toledo y la Provenza, en las que está ambientada la novela, se pasa en la película a Irlanda -se trata de una coproducción española, irlandesa y belga- pero es "anecdótico", apuntó en la presentación Balagueró.
Pasar de trece a siete musas era una opción lógica, según el director, pues "con trece muchas de ellas habrían quedado desdibujadas y nos quedamos con una presencia significativa, siete era un número con cierta ambigüedad, algo que no se aclara hasta el final".
El director reconoció el trabajo de dos de sus actrices protagonistas cuando manifestó: "Yo tengo dos musas y las tengo a mi lado", en referencia a Franka Potente y Manuela Vellés. Y añadió: "Las musas existen, están alrededor de uno, uno crea inspirándose en lo que ve, siente, huele, todo eso son musas; y la película es una metáfora sobre el proceso de creación, que a veces puede ser aterrador".
Una de las ideas de la novela de Somoza que más impactaron a Balagueró fue justamente que "esas musas que tenemos idealizadas puedan convertirse en seres crueles y terroríficos para el poeta" y luego esa trama que para el lector resulta difícil de descifrar. "Somoza me daba imágenes inesperadas y llevar eso al guión de la película suponía un reto, porque un thriller sobrenatural se va transformando casi en una poesía", señaló.
Poesía macabra, en la que los versos de Yeats, Dante, Milton o Kavafis cincelan con sangre la piel de las víctimas, pero que, como apuntó Balagueró, "también es capaz de esconderse en el corazón de otra persona".
Somoza, también presente en Sitges, confesó que aunque todavía no ha visto la película confía ciegamente en Balagueró y su equipo y se vanaglorió de que sean "capaces de hacer un buen terror, no sólo a nivel internacional, sino también para nosotros como consumidores de buen terror de fuera".
Admitió Balagueró que Muse conecta con sus orígenes con un título como Los sin nombre, que opta por "una puesta en escena muy clásica, que encaja muy bien en una historia atmosférica, que nada tiene que ver con filmes poco clásicos como los de REC". Esa puesta en escena, añadió, está diseñada para fomentar esa atmósfera y, sobre todo, la intriga, ese no saber qué va a pasar.
Aparte de que figuran en la historia original, Balagueró recurre una vez más a los niños, porque "al ser algo que tienes que proteger los convierte en algo vulnerable, si bien, como todavía no tienen formada del todo su capacidad ética, también pueden ser muy crueles".
Aunque con un papel episódico, en el reparto figura el mítico actor norteamericano Christopher Lloyd, el científico Doc de la saga Retorno al futuro, "alguien muy importante para todo una generación inquieta que descubrió un tipo de historias diferentes en el cine", reveló el director de Mientras duermes.
Contar con la actriz alemana Franka Potente fue también premeditado, contó Balagueró: "Para su personaje, una profesora de filología del Trinity College, que es algo ambivalente iba muy bien, pero además tenía una escena crucial, que también lo es en la novela, en la que su poderío y fuerza le permitían afrontar una situación en la que debe transmitir emoción y al mismo tiempo sufrimiento".
Franka Potente, muy satisfecha de haber podido participar en este proyecto, manifestó: "Aún no he visto la película y, en general, mi relación con el cine de terror viene marcada por el hecho de ser madre con hijos y desde que los tengo no puedo ver filmes de este género".
A juicio de Potente, que ha trabajado en su carrera en dos filmes de terror, "cuando uno es amante de este cine, es porque le gusta asustarse, y cuando trabajas en una película de este tipo es importante que el director conozca la textura de las pesadillas", pero, sin espacio para la duda, a la actriz alemana Muse le inspira "un sentimiento perturbador, más que miedo o susto".
Para Manuela Vellés, que también vive una escena final intensa, funcionó imaginarse "como un animal, a veces un gato cuando se eriza, otras veces un reptil, trabajar el miedo, el cuerpo".
El coproductor Carlos Fernández recordó que el equipo ha trabajado durante 12 años desde que Jaume Balagueró se obsesionó con la novela en 2005 y justificó la factura de la película: "En los últimos tiempos se recuperó el terror, pero el tiempo del terror por el terror ya se ha acabado, y ahora hemos querido hacer algo que se escapa de una película clásica del género".
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