El retablo de Santa Ana se someterá a una restauración durante 18 meses

El retablo mayor de la Iglesia de Santa Ana de Triana se somete desde el pasado día 7 de julio a una restauración escultórica y pictórica que se desarrollará durante un período de 18 meses y que correrá a cargo de los técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

En declaraciones a los periodistas posteriores a la visita del templo, la directora general de Bienes Culturales, Guadalupe Ruiz, destacó que este proyecto de restauración es un "ejemplo de colaboración" entre entidades públicas y privadas, ya que en el mismo participan la Consejería de Cultura, el Ayuntamiento de Sevilla, Cajasol, el Obispado, las hermandades de la parroquia trianera, la Real Maestranza de Sevilla y el gremio de pescadores de la ciudad.

Así, la Consejería de Cultura, según precisó el delegado provincial del ramo, Bernardo Bueno, el presupuesto de la intervención asciende a 422.713 euros, de los que la Consejería de Cultura aportará 241.356 euros -el 50 por ciento del total-, mientras que el resto será sufragado por el resto de colectivos mencionados.

Por su parte, el jefe de Conservación del IAPH, Lorenzo Pérez del Campo, subrayó el "valor cultural del retablo", en tanto "representa la imagen de la parroquia y del barrio y supone una construcción decisiva en la introducción del manierismo en Sevilla en el siglo XVI".

Asimismo, explicó que en los 18 meses en los que se van a desarrollar las obras de intervención se van a restaurar no sólo la arquitectura lignaria de la pieza, sino también la escultura exenta y, fundamentalmente, el conjunto pictórico del flamenco Pedro de Campaña, llegado a Sevilla a mediados del siglo XVI.

Además, el proyecto completo incluye la restauración de la Santa Ana Triple, es decir, el conjunto de Santa Ana, la Virgen y el Niño, que, aunque son anteriores al retablo, forman parte del mismo por su "carácter simbólico".

Al hilo, el técnico precisó que el proyecto va a permitir la conservación de los valores cromáticos de la pintura del retablo, haciendo posible la eliminación de las intervenciones del siglo XVIII y XIX que "modifican, alteran y oscurecen los valores estéticos y cromáticos de la obra".

Por último, informó de que, de forma paralela, se van a desarrollar dos procesos de investigación gracias a los cuales se va a poder obtener información "valiosa" de cara al conocimiento de la pintura del siglo XVI y de morfología constructiva de este tipo de retablos.

Las principales patologías que presenta este conjunto artístico, del que sobresalen las quince tablas alusivas a la vida de Santa Ana y la Virgen pintadas por el flamenco Pedro de Campaña (1503-1579), son las grietas, malformaciones y desprendimientos de policromía.

La obra es un retablo tallado en madera, dorado y policromado con unas dimensiones de 1.315 X 808 centímetros, que descansa sobre un zócalo de ladrillo de 122 centímetros de altura. Junto a las quince pinturas de Pedro de Campaña, alberga otro conjunto escultórico con un total de seis esculturas en bulto redondo de talla completa y un grupo de tres en la hornacina central. Además, existen otras ocho esculturas que representan a ángeles y que se reparten por distintos puntos del retablo.

Este retablo mayor de la parroquia de Santa Ana del barrio de Triana posee importantes valores históricos, artísticos e iconográficos. No en vano se trata un retablo representativo del gusto imperante en la Sevilla del primer tercio del siglo XVI, pero conservando reminiscencias góticas e introduciendo novedades decorativas de claro estilo plateresco.

El conjunto de pinturas de Pedro de Campaña resulta así un destacado ejemplo del manierismo sevillano. Se trata de quince tablas al óleo de estilo renacentista (escuela Flamenca) del segundo tercio del siglo XVI (1542-1557). El origen flamenco de Pedro de Campaña hace que su obra muestre un gran interés por la minuciosidad técnica y por narrar los aspectos que derivan de la observación de la vida cotidiana.

Además de esta sensibilidad artística propia de los maestros flamencos, en Campaña es posible reconocer una clara vinculación con los artistas italianos del primer tercio del siglo XVI, debido a su estancia en este país donde pudo asimilar las características artísticas imperantes en estos momentos, especialmente las relacionadas con Rafael y su círculo. Esto le lleva a desarrollar en su obra un marcado espíritu manierista que se manifiesta en la tendencia a distorsionar las formas de sus composiciones, empleo de colores propios de este estilo y efectos contrastados de luces y sombras que refuerzan las distintas escenas.