Pasión Vega triunfa con su copla elegante
La artista malagueña puso en pie al público del Teatro Maestranza con su tributo a Carlos Cano


Con una espectacular puesta en escena y una cuidadísima dirección musical llegaba ayer Pasión Vega al Teatro Maestranza de Sevilla con las entradas agotadas desde hace semanas para presentar su Pasión por Cano, el álbum en el que rinde un emotivo tributo a Carlos Cano quien, como ella mismo confesó, "renovó la copla, le quitó el olor a naftalina y logró que muchos de mi generación amáramos este género".
Así, quince años después del fallecimiento del artista -"que nació en Nueva York provincia de Graná"-, la cantante no sólo recuperó doce de sus temas sino que reivindicó su actitud vital y su forma de dignificar la canción popular andaluza convirtiéndola casi en de culto. María la Portuguesa, Alacena de las Monjas, Romance a Ocaña o Dormido entre rosas fueron encadenándose sin descanso a ritmo de blues, tango, bolero, pasodoble o balada en la voz poderosa y delicada de Pasión Vega que, sin duda, puso de manifiesto el porqué tiene un sitio entre las Grandes intérpretes del panorama actual.
Pasión ha sabido mantenerse fiel a un estilo que ya hacían muchos pero que nadie ha hecho como ella. Sus giros líricos y la extrema elegancia con la que mastica cada palabra hace que cada letra suene nueva y que la historia que narra tenga un verdadero sentido para quienes han podido escucharla mucho antes. Además, su presencia escénica y su teatralidad huye de la tradicional pose folclórica para situarse más en la de las grandes divas rebuscando y encontrando toda la intelectualidad que hay detrás de este legado musical. En su revisión musical -para la que contó con el excelente acompañamiento de un cuarteto de cuerda y de una banda formada por Josué al piano, saxo y flauta travesera, José Vera al contrabajo, Josete a la guitarra española, Raúl a la guitarra portuguesa y Mario Carrión en la batería-, y en las referencias a La reina del Blues Billy Holiday, Manuel Molina o María Dolores Pradera, con la que canta en el disco Aires de cuna y para la que pidió un fuerte aplauso.
Al margen del repertorio de Cano, la malagueña dejó tiempo también en esta mágica noche para acordarse de algunos de sus éxitos emblemáticos como el más reciente María se bebe las calles o las míticas coplas La Bien Pagá u Ojos Verdes, para las que se dejó acompañar únicamente del piano. Y, por supuesto, las Habaneras de Cádiz con las que cerró las casi dos horas de espectáculo arrancando más de cinco minutos de aplausos ante un público puesto en pie que no dejaba de recordarle "qué grande eres".
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