Nueva narrativa del cambio climático hacia la oportunidad de las renovables
La Semana del Clima de Nueva York impulsa un nuevo relato basado en la oportunidad económica y la cooperación global para acelerar la transición energética
La Semana del Clima de Nueva York 2025 (Climate Week NYC) cerró su edición más multitudinaria con un mensaje compartido por gobiernos y empresas que defiende que la acción climática ya no puede plantearse solo como una lucha contra el desastre; sino como la construcción de una nueva era de prosperidad basada en la energía limpia. Con más de mil eventos paralelos y la participación de líderes políticos, científicos, activistas y ejecutivos de primer nivel, el encuentro consolidó su papel como foro mundial para la cooperación público-privada en la transición energética.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, explicó que "en 2024 se invirtieron casi dos billones de dólares en energía limpia". "Por cada euro destinado a los combustibles fósiles, dos se dedicaron a renovables. El impulso es real, pero no basta. Necesitamos acción. Y debemos actuar juntos: gobiernos e industria, a través de las fronteras, para garantizar una energía limpia, segura y asequible para todos".
La cooperación, nuevo vector de poder
La apertura del evento, conducida por Helen Clarkson, directora ejecutiva de The Climate Group, estuvo marcada por un tono de “optimismo desafiante”. Clarkson llamó a dejar atrás el sentimiento de impotencia y centrarse en el poder del colectivo. "Climate Week nunca ha sido sobre lo que cada individuo puede hacer, sino sobre lo que podemos hacer juntos", indicó.
Ese espíritu se tradujo en un debate transversal entre instituciones, empresas y sociedad civil. Participaron dirigentes como Philip Davis, primer ministro de Bahamas; Chris Bowen, ministro australiano de Energía y Cambio Climático; Andrew Forrest, fundador de Fortescue; y Bruce Douglas, CEO de la Global Renewables Alliance (GRA). Junto a ellos, activistas como Jane Fonda o el actor Mark Ruffalo, que reclamaron mantener la presión social y política para acelerar el cambio.
El consenso fue rotundo: la cooperación entre gobiernos, inversores y empresas será decisiva para consolidar la era de las energías limpias. "Sin acabar con los combustibles fósiles no habrá estabilidad duradera", insistió Forrest. "La buena noticia es que la economía está de nuestro lado. La energía verde es la decisión financieramente sensata. Debemos construir la prosperidad, no solo repartirla".
La abundancia renovable como nuevo paradigma
El concepto de “renewable abundance” —abundancia renovable— se consolidó como lema central del encuentro. Lejos del discurso de la restricción y el sacrificio, la idea propone un marco positivo donde las energías limpias no solo reducen emisiones, sino que crean empleo, seguridad y competitividad.
Para el primer ministro de Bahamas, Philip Davis, "sustituir los combustibles fósiles por renovables no limitará nuestra prosperidad; es su condición. Debemos contar a los ciudadanos una historia distinta: la energía limpia es sinónimo de bienestar compartido".
Los líderes participantes coincidieron en que el mundo está pasando de una era de escasez a una de posibilidades, y que la electrificación y la innovación tecnológica serán el motor de esa transformación. Desde la inteligencia artificial hasta la fabricación avanzada, las nuevas industrias dependerán de un suministro abundante y barato de energía limpia.
Empresas que ya mueven el cambio
Frente a la incertidumbre geopolítica y económica, las grandes corporaciones presentes en Nueva York mostraron una apuesta firme por integrar la sostenibilidad en su estrategia competitiva. “Los líderes que reposicionan su valor en torno a la sostenibilidad superan claramente a sus competidores”, apuntó Diego Ibarra, socio de Roland Berger.
Patrick Herhold, de Boston Consulting Group, añadió que "en todo lo electrificado —desde las redes hasta los vehículos eléctricos— el caso de negocio ya es evidente".
La ejecutiva de Pernod Ricard, Noémie Bauer, subrayó que muchas compañías "están transformando sistemas enteros, aunque ya no necesiten proclamarlo públicamente". La sostenibilidad, coincidieron los participantes, ha dejado de ser una etiqueta reputacional para convertirse en una ventaja estructural.
Un cambio de narrativa
El secretario británico de Energía, Ed Miliband, sintetizó uno de los giros más profundos de esta edición afirmando que "tenemos que dejar de ser la industria de evitar desastres para convertirnos en la industria de construir vidas mejores". Su homólogo danés, Lars Aagaard, coincidió: "Debemos convencer a la gente de que si apostamos por lo verde, tendremos un futuro más próspero y mejores servicios".
La necesidad de "responder a las personas", en palabras de Emmanuel Normant (Saint-Gobain), fue otra constante: conectar la acción climática con las necesidades cotidianas y comunicar que la transición es una vía hacia más bienestar, empleo y calidad de vida, no una carga.
El poder de las alianzas
El encuentro reafirmó el papel de redes globales como RE100 o EV100, impulsadas por The Climate Group, en la construcción de un ecosistema de empresas comprometidas con el cambio. La responsable de sostenibilidad de Polestar, Fredrika Klarén, lanzó un mensaje claro a los gobiernos. "Necesitamos marcos sólidos y estabilidad regulatoria. Las empresas podemos liderar, pero requerimos certidumbre para invertir y escalar soluciones", explicó.
La cooperación público-privada se erigió así en el gran instrumento de aceleración climática. "No hay país ni empresa que pueda hacerlo solo", resumió Miliband.
El cierre del evento coincidió con los preparativos de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, ºen la que muchos países actualizarán sus planes de acción nacionales (NDCs). En este contexto, la Semana del Clima sirvió como termómetro de la voluntad política y empresarial para mantener la ambición de triplicar la capacidad renovable mundial antes de 2030, un objetivo respaldado por la GRA y recogido en el Consenso de Dubái (COP28).
En un año marcado por tensiones internacionales y un crecimiento económico desigual, la Semana del Clima de Nueva York 2025 proyectó un mensaje de confianza. Frente al fatalismo, los líderes reunidos reivindicaron la acción compartida, la inversión verde y la innovación tecnológica como motores de estabilidad y prosperidad global. O, como resumió la propia Helen Clarkson. "Puede parecer contradictorio hablar de poder cuando muchos se sienten impotentes. Pero el verdadero poder está en la acción colectiva. Y en seguir encendiendo la energía del cambio, juntos", afirmó.
No hay comentarios